Oçalan sugiere una liberación de prisioneros en poder de la guerrilla
El líder del PKK, Abdulá Oçalan, sugirió una próxima liberación de prisioneros en poder de la guerrilla kurda, en un comunicado leído por diputados kurdos que le visitaron en la isla-prisión de Imrali. Oçalan calificó esta visita como «un paso histórico».
GARA | ANKARA
«El Estado turco tiene prisioneros de guerra. El PKK tiene también prisioneros de guerra. El PKK debe comportarse correctamente con estos prisioneros, espero que se reencuentrenlo antes posible con sus familias», afirmó el líder kurdo Abdulá Oçalan en una declaración leída por el diputado Pervin Buldan. Buldan, vicepresidente del Partido por la Paz y la Democracia (BDP), leyó el comunicado ante los periodistas en Estambul, a su regreso de la visita a Oçalan en la isla-prisión de Imrali.
Se trata de la segunda visita de electos kurdos al líder del PKK desde el inicio del proceso negociador con los rebeldes. Oçalan calificó este encuentro como «un paso histórico».
«Vivimos un proceso histórico. Todas las partes deben actuar con mucho cuidado y sensibilidad durante este proceso», añadió.
El líder del PKK no dio más detalles sobre la eventual liberación de prisioneros ni si se trataría de un intercambio con el Estado turco. Buldan, que fue Imrali acompañado de otros dos diputados del BDP, indicó que su partido daría «a su debido tiempo» más explicaciones sobre el contenido de las conversaciones de la delegación con Oçalan.
Según los medios de comunicación turcos, el PKK cuenta con una veintena de prisioneros -la mayor parte funcionarios- capturados en Kurdistán. La visita se considera como un signo de la continuación de las conversaciones, tras la muerte el 9 de enero de tres militantes kurdas en París, que proyectaron la sombra de la guerra sucia del Estado sobre la negociación.
Los medios turcos estimaron que Oçalan podría transmitir a la dirección del PKK, por mediación de los diputados, un llamamiento a un alto el fuego, primera etapa hacia un posible desarme de la organización en la primavera.
Erdogan exige la retirada
Antes de que el comunicado de Ocalan fuera leído, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, reiteró que el PKK debe abandonar Turquía. «Hemos dicho de forma repetitiva que las armas deberían ser depuestas y que los miembros de esta organización terrorista deberían retirarse del país», aseguró.
«En lo que a la retirada se refiere, hemos declarado que tomaremos medidas para evitar la clase de desafortunados acontecimientos que sucedieron en el pasado», añadió Erdogan, en referencia e los ataques militares sufridos por el PKK tras declarar un alto el fuego.
El PKK indica que alrededor de la mitad de sus 7.000 milicianos permanecen en el Kurdistán bajo administración turca y la otra mitad en Kurdistán sur, tras la frontera iraquí. Turquía, por su parte, estima que el número de milicianos es menor.
El líder kurdo advirtió de que «vivimos un proceso histórico» que es preciso abordar con prudencia. «Todas las partes deben actuar con mucho cuidado y sensibilidad durante este proceso», afirmó Abdulá Oçalan.
A la vez que parece ponerse en marcha un proceso de diálogo entre Ankara y la guerrilla kurda, el Estado turco mantiene al estrategia de represión. Tras las redadas masivas y el macrojuicio a escritores, académicos y políticos, ahora se dirige contra los sindicatos. En el mismo marco de la persecución a militantes kurdos en el proceso contra el KCK (Unión de Comunidades Kurdas), 55 personas han sido encarceladas en la operación contra la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Públicos (KESK) que se desarrolló en 28 ciudades el pasado 19 de febrero y en la que fueron detenidas 150 personas.
La oficina central del KESK calificó la operación como «el ataque más reciente llevado a cabo con el objetivo de eliminar la confederación». El partido kurdo BDP criticó que «estos ataques sistemáticos son decepcionantes para las esperanzas de paz y democratización en un tiempo de diálogo sobre la cuestión kurda. La solución a la cuestión kurda está ligada a la democratización de Turquía, que, sin embargo, no puede ser conseguida atacando sindicatos, deteniendo personas y manteniéndolos detenidos durante meses sobre la base de acusaciones forzadas». GARA
Una concentración en Baiona denunció ayer la muerte en París de tres activistas kurdas el pasado mes de enero y la situación de los presos kurdos. Además, se inició una recogida de firmas para reclamar la libertad de Oçalan.
