Sortu presentó ayer en Donostia a su Consejo de Gipuzkoa, con un acto celebrado al mediodía en la Plaza de la Constitución. El máximo responsable de la formación independentista en este herrialde será Joxean Agirre, que encabeza una dirección formada por 23 personas.

Agirre remarcó que esta primera comparecencia tuvo lugar en la calle, ese espacio donde en los últimos días se ha reivindicado la lucha feminista o se ha denunciado la persecución contra los jóvenes. Sortu nace, prosiguió, recogiendo el legado de medio siglo en pro de la independencia y el socialismo.

Agirre manifestó que Gipuzkoa «está en una grave situación, con más de 50.000 personas sin empleo, cientos de ellas con el riesgo de perder su vivienda, con los derechos civiles y políticos en la cuerda floja, con la amenaza sobre los derechos sociales y laborales...».

Una situación que «no proviene de la casualidad, sino de una determinada práctica política. Los partidos que han gobernado las instituciones guipuzcoanas durante tres décadas han endeudado sin medida al territorio, han fijado las prioridades económicas en infraestructuras que no son prioritarias, y el dinero público ha pasado a manos privadas ignorando las verdaderas necesidades de la mayoría social».

«La economía real»

«PNV y PSE han olvidado la economía real, el bienestar de las personas. Cuanto más se incrementaba el dinero destinado a infraestructuras como la incineradora de Zubieta, el puerto exterior de Pasaia, una red de carreteras irracional o el tren de alta velocidad, más se profundizaba en la herida creada por el paro, la destrucción de empleo y el recorte de los servicios sociales», denunció.

Agirre aseguró que el objetivo de su partido es «cambiar todo esto desde la raíz. Defender los intereses de la ciudadanía, no los de las élites políticas y económicas. Y para ello Sortu quiere seguir sumando mayorías entre la sociedad guipuzcoana. Priorizando lo que nos une, intercambiando puntos de vista y alcanzando acuerdos».

Manifestó que «EH Bildu es nuestra coalición natural», un espacio desde el cual «promover un estilo de gobierno transparente y participativo. Nuestros bolsillos serán de cristal y perseguiremos con dureza el despilfarro del dinero público».

En cuanto a la resolución del conflicto político, destacó que «actualmente son los presos y sus allegados quienes más sufren. Tenemos que acabar cuanto antes con la dispersión, cambiar esta política penitenciaria basada en la venganza».

Al mismo tiempo, añadió, hay que «reconocer y reparar todas las consecuencias del conflicto, seguir dando pasos en esa dirección. Frente a la estrategia de bloqueo de los estados hay que contraponer la movilización y la activación».

Asimismo, subrayó que «la independencia es la opción mayoritaria para los guipuzcoanos pero no puede ser llevada a cabo», por lo que instó a los gobiernos español y francés a «reconocer el derecho a decidir, para que todos los proyectos estén en igualdad de condiciones. Nuestro sueño es un estado vasco independiente, socialista, feminista y euskaldun».