La seriedad defensiva y un gol en fuera de juego de Xabi Prieto permitieron a la Real acabar con la racha de imbatibilidad del Atlético de Madrid en el Vicente Calderón y lograr una victoria, la quinta en las ocho últimas salidas, la tercera seguida, que le coloca con 44 puntos a falta de once partidos empatada en el cuarto puesto con el Málaga.

Los jugadores blanquiazules respondieron a la petición de Montanier, que les planteó el reto de mantener su portería a cero y de romper la racha atlética de 14 triunfos en Liga como local que comenzó precisamente tras el empate de la pasada temporada de los blanquiazules.

Era un cambio radical con el partido jugado siete días antes contra el Betis. Suponía dejar los disfraces de carnavales de Tolosa y la borrachera ofensiva del partido con los verdiblancos y ponerse el traje más serio para impedir cualquier espacio o error que permitiera a los delanteros del Atlético hacer valer su calidad. No es fácil interpretar una comedia y a la semana siguiente implicarse en un drama, pero esta Real es capaz de todo en las últimas jornadas. De ganar al Barcelona, de poner contra las cuerdas al Madrid en el Bernabéu, de imponerse con naturalidad en campos de la dificultad de La Rosaleda, Mestalla, La Romareda, San Mamés y el Calderón y de conseguir una clasificación con el que ni el más optimista de los jugadores podía soñar en setiembre.

Trabajo defensivo

Montanier incidió en el trabajo defensivo antes de visitar al Vicente Calderón y sus jugadores recogieron un mensaje que se tradujo en la alineación con la presencia de Zurutuza en la media punta en detrimento de Imanol Agirretxe.

Los blanquiazules sufrieron en los primeros minutos de cada tiempo, pero una vez que se evaporaron las burbujas que salían cada vez que descorchaba el juego el equipo rojiblanco, la Real fue capaz de colocar el partido donde le interesaba. Es verdad que el Atlético remató mucho más, pero Claudio Bravo solo tuvo necesidad de intervenir en el único remate, y blando, de Godin que fue capaz de enviar entre los tres palos.

No parecía que la Real fuera capaz de salir imbatida del Calderón en los primeros quince minutos, en los que concedió hasta cuatro remates, ninguno peligroso, y vio dos amarillas, la de Mikel González necesaria para cortar una contra tras una pérdida del balón de Markel.

Pero, a partir de ahí, la Real empezó a hacer su juego combinativo sin renunciar a la disciplina defensiva exigida por su técnico. Así llegaron dos remates de Vela y Griezmann que tampoco llevaban peligro, por lo que el marcador al descanso reflejaba lo que era un partido entre dos equipos que estuvieron mejor en defensa que en ataque.

El Atlético salió más decidido en el inicio del segundo tiempo, en el que sometió a la Real a un acoso agobiante que acabó con el contragolpe llevado por Griezmann y culminado por Xabi Prieto en una acción en la que estaba, por muy poco, en fuera de juego. Por una vez Ayza Gámez benefició a la Real en esa jugada y en general, aunque pudo expulsar en el primer tiempo a Arda Turan y en el segundo a Diego Costa. Así subió al marcador el cuarto gol marcado por el donostiarra en las dos visitas a Madrid de esta temporada tras los tres logrados en el Santiago Bernabéu.

Saber defender una ventaja

Se preveía que marcar primero iba a ser una de las claves del partido, sobre todo si lo hacía el Atlético de Madrid, un equipo maestro a la hora de defender ventajas, pero la Real lo hizo muy bien. Cortó con el gol el acoso rival del inicio del segundo tiempo y supo jugar el balón, estuvo muy junta y bien colocada en defensa y apenas sufrió en algunos balones aéreos.

La Real no renunció al ataque, intentó salir con el balón contragolpe y también pudo ampliar su ventaja en una falta botada por Illarramendi que Adrián cabeceó atrás y el balón salio fuera poco. Pero fundamentalmente se dedicó a defender y lo hizo muy bien.

Para ello Montanier sacó a Estrada como interior derecho para ayudar a Carlos Martínez en una banda izquierda en la que al navarro se le acumulaba el trabajo porque Filipe Luis subía constantemente, Arda Turan jugaba por su banda y Diego Costa también caía sistemáticamente a su zona.

Simeone puso en el campo a sus tres delanteros juntos tras dar entrada a Adrián y por eso Montanier recurrió a Ansotegi para ayudar a sus dos centrales en el tiempo añadido y lo mejor fue que la Real fue capaz de aguantar los últimos 40 minutos de juego con relativa tranquilidad sin conceder ocasiones muy claras de gol.

Fue un partido que sirvió para demostrar que este equipo sabe hacer casi todo. Sabe jugar partidos ofensivos y defensivos. En casa y fuera. Ya solo le falta imponerse, sobre todo en los partidos de Anoeta, a aquellos rivales que no van a dejarle jugar.

Es otro de los retos que le queda por poner a Montanier a sus jugadores aunque a este paso el que va a poder plantearse a este equipo es repetir la gesta lograda hace diez temporadas. Montanier no pedirá a sus jugadores ahora que se clasifiquen a la Champions, pero basta con que sea capaz de buscarles un reto para cada partido.