Dicen que en el Festival de Sitges no ha habido otra noche tan golfa como la de la proyección de «Spring Breakers», algo comprensible tratándose del nuevo artefacto explosivo del siempre dinamitero Harmony Korine. Considerado el mayor enfant terrible del cine indie, desde que escribiera «Kids» para Larry Clark .

En su filmografía como realizador le faltaba un título capaz de sacarle de los circuitos del underground, y ese puede ser «Spring Breakers», al tratarse de su primera producción con un reparto estelar «made in Hollywood». En la bizarra «Mister Lonley» presentaba a imitadores de famosos, pero nunca antes se había acercado tanto a las verdaderas estrellas. Claro que las chicas famosas que ha escogido han salido de programas infantiles del canal Disney, y ahora las filma en bikini haciendo cosas muy malas, hasta pervertir su imagen pública. Selena Gomez, Vanessa Hugens y Ashley Beson son el trío calavera, al que se suma Rachel Korine, mujer del cineasta.

Ellas son estudiantes que roban para costearse las vacaciones del título en Miami, equivalentes a nuestra Semana Santa. Su potencial criminal será descubierto por un gángster encarnado por un irreconocible James Franco. Sus fiestas son como las que salen en programas televisivos de la MTV a lo «Gandía Shore».