La presidenta navarra jugó este miércoles su último cartucho ante sus más fieles. Yolanda Barcina aseguró que el próximo domingo no está en juego solamente el liderazgo de UPN, sino la continuidad del actual Gobierno. La presidenta se niega a dimitir aunque se lo pida del Parlamento, pero vincula el futuro del Gobierno a mantener la presidencia de UPN, que ahora disputa Alberto Catalán.

En un mítin ante unos 300 militantes, Barcina apeló al miedo. Según recoge Diario de Navarra en su edición de ayer, la aspirante a renovar el liderato de UPN aseguró que la derrota solo alegraría «a los nacionalistas, sobre todo a la izquierda abertzale», a quienes llegó a definir como «la jauría». Barcina entiende que está sufriendo una cacería por parte del nacionalismo vasco, pero considera que el verdadero objetivo de la cacería no es ella, sino UPN. «Lo fácil sería dejarlo y permitir que la jauría encuentre otra pieza a abatir», señaló la presidenta refiriéndose a Alberto Catalán. Sin embargo, se presenta como una mártir y no está dispuesta a ceder el liderazgo. Para Catalán, a Barcina no le quedan ya más que críticas. Su decisión de disputarle el poder le resulta «inoportuna» y lo entiende como «un desafío a la presidenta».

La líder de UPN llega «tocada» a la recta final antes del desenlace de este domingo en el Congreso de Baluarte. El periodista que relata el mítin afirma que se emocionó «hasta casi la lágrima». En este punto, Barcina señaló: «Ni en la peor de mis pesadillas podría imaginar que me encontraría con tantas dificultades». Aun así, dice tener fuerzas como para seguir adelante.

El hecho de que Barcina esté acusando la presión interna y también la mediática, derivada del escándalo de la CAN, no significa que no haya perdido voluntad combativa.

Ayer, UPN difundió que la presidenta se ha querellado contra Kontuz después de que la Fiscalía tumbara la denuncia interpuesta por esta asociación. En concreto les ha denunciado por «injurias y calumnias» y acusación y denuncia falsas. El nuevo fiscal superior de Nafarroa determinó esta misma semana archivar la causa por supuesto uso de información privilegiada para comprar sedes de Caja Navarra a través de una sociedad.

UPN considera que, tras el archivo de esta denuncia, la presidenta queda «absolutamente limpia» de todo lo concerniente a Caja Navarra. Pese a ello, Barcina se ha visto en el compromiso de tener que devolver todas las dietas percibidas en 2010 y 2011 por su pertenencia a la Permanente y a la Junta de Entidades Fundadoras. A este respecto, ya está empleando estas devoluciones como arma electoral contra Catalán, a quien acusa de no ser capaz de «asumir errores».

Barcina únicamente reconoce que su liderazgo está debilitado por la pugna interna. «Es evidente que desde que ha habido otra candidatura dentro del partido, el Gobierno de Navarra tiene una debilidad mayor. A eso es a lo que me he venido refiriendo durante todos estos tiempos, que otra candidatura debilita al Gobierno», remarcó de nuevo ayer.

Choque de trenes el domingo

La disputa entre Barcina y Catalán hace tiempo que rompió los límites de lo prudente para el partido. Este domingo en el Congreso, se renuevan los tres cargos de dirección (presidente, secretario general y vicepresidente) y los 17 de la Ejecutiva. Catalán y Barcina han presentado candidatos a todos esos puestos, por lo que es probable que uno de los dos bandos se quede absolutamente con todos los cargos de peso dentro del partido, expulsando de facto al bando contrario.

A la espera de cómo hayan ido asimilando las bases todos las últimas noticias, todas las hipótesis son posibles. Al ser listas abiertas, todo el peso decisorio recaerá en la militancia.