El Parlamento búlgaro se disolvió como estaba previsto ayer, dos meses antes del final de su mandato, mientras el país está siendo dirigido desde el miércoles por un Gobierno provisional de tecnócratas encargado de preparar las elecciones anticipadas previstas el 12 de mayo. Las protestas en todo el país contra la pobreza y la corrupción de las élites políticas empujó el 20 de febrero a dimitir al Gobierno del derechista Boyko Borisov. Ayer, un ciudadano búlgaro de 51 años se quemó a lo bonzo para mostrar su rechazo ante el actual sistema político y fue hospitalizado en estado crítico. «La ira popular se ha desbordado. No hay nada por lo que esperar», así que «vamos a comenzar nuevas protestas», subrayó el líder del movimiento de protesta Puente de las Aguilas, Yanaki Ganchev.