Los países del Norte de la Unión Europea (UE) y los del Sur volvieron a enfrentarse ayer en el debate entre austeridad y crecimiento con motivo de la cumbre que se celebra en Bruselas entre ayer y hoy. Finlandia, Holanda y Suecia rechazaron aumentar el gasto y defendieron que las reformas estructurales son «el mejor estímulo económico», mientras que los estados español y francés e Italia reclamaron que la «única prioridad» sea el crecimiento.

El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, admitió que están alcanzando «los límites de lo que es socialmente aceptable» y el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, dijo que no excluye «el riesgo de una rebelión social». Pero ambos defendieron seguir con la estrategia de ajustes de la UE.

También el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, apostó por mantener la actual política y manifestó que el debate entre austeridad y crecimiento no es una cuestión «de blanco y negro, sino que los matices importan». «Como algunos dirían, hay muchas sombras de gris», señaló, en referencia irónica al bestseller «Cincuenta sombras de Grey».