El euskara requiere de nuevos acuerdos pol�ticos
Korrika recorrer� hoy los �ltimos metros de esta edici�n en Baiona. La carrera popular por el euskara ha vuelto a ser un �xito en todos los sentidos. A lo largo y ancho de todo el territorio del euskara, de Euskal Herria, miles y miles de personas se han volcado con esta iniciativa que rompe fronteras en todos los sentidos, desde los f�sicos hasta los pol�ticos. Una vez m�s, Korrika ha elevado el testigo del compromiso con la supervivencia y el desarrollo de la lengua de los vascos, un idioma que pese a los ataques sigue vivo, pero que pese a los avances corre un grave riesgo. Queda mucha labor por hacer en la normalizaci�n del euskara y muchos de los instrumentos legales e institucionales para lograr esos objetivos est�n obsoletos o, lo que es peor, son da�inos para su desarrollo.
Acostumbrada a que se la falsee, la realidad social vasca es la que es y, a veces, consigue imponerse frente al ruido que pretende tapar los cambios que est�n sucediendo en este pa�s. Nadie puede negar que esa realidad ha cambiado; est� mutando a mayor velocidad que los discursos oficiales. Lo previsible, lo que hasta ahora era considerado pol�ticamente correcto, est� dejando de serlo en muchos �mbitos. Hasta el punto de ofrecer im�genes in�ditas, como la de los parlamentarios del Partido Popular Laura Garrido y Carmelo Barrio corriendo en la Korrika junto a la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Bakartxo Tejeria, y al presidente de Sortu y tambi�n parlamentario, Hasier Arraiz.
No deja de ser sorprendente que esa imagen se haya podido dar porque, por primera vez, la C�mara de Gasteiz ha tomado el testigo de la popular carrera por el euskara, en esta su edici�n n�mero dieciocho. Una evidencia de los recelos que crea en las instituciones todo aquello que se salga de su estricto control, aun cuando se trata de una iniciativa impulsada por un organismo, AEK, que hace una labor que las propias instituciones deber�an garantizar: la euskaldunizaci�n de adultos y la promoci�n del euskara. En clave m�s positiva, que las instituciones vascas hagan de una vez por todas lo que una mayor�a de sus representados considera normal muestra que Korrika ha roto tambi�n esta incomprensible barrera.
Habr� quien piense que los representantes del PP no son, no pueden ser, sinceros en su apoyo al euskara. No en vano son los mismos que en diferentes tribunas acusan al euskara de discriminaci�n, de atacar la libertad. Son los herederos de quienes lo prohibieron. Son los que, �intelectualmente�, lo consideran un �idioma menor�. Son los que han justificado e incluso instigado los mayores ataques contra nuestro idioma. Sea por lo que sea por lo que el PP ha decidido participar en Korrika, lo cierto es que esa posici�n es socialmente m�s aceptable y pol�ticamente m�s inteligente que la opuesta.
No obstante, el euskara tiene otros debates m�s interesantes e importantes que discernir las t�cticas de los pol�ticos que nos quieren �espa�olizar� -antes era �romanizar�-. Es hora de plantear un debate nacional sobre la estrategia para hacer del euskara, a corto y a medio plazo, el idioma de todos los ciudadanos vascos, no de los vascos como categor�a antropol�gica.
Un debate pendiente, decisiones dilatadas
La realidad pol�tica y social vasca est� cambiando y sus representantes pol�ticos deben acompa�ar ese cambio, a poder ser liderarlo, en ning�n caso ejercer de freno al mismo. En el �mbito del euskara, los acuerdos sobre normalizaci�n ling��stica adoptados hace m�s de treinta a�os en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y hace m�s de veinte en Nafarroa no han cumplido sus objetivos, ni los positivos ni los negativos. Los avances son innegables, pero a d�a de hoy, cientos de estudiantes vascos siguen saliendo del sistema educativo sin las capacidades ling��sticas que se supone deber�an garantizar esas leyes. Los derechos de los euskaldunes siguen siendo conculcados, especialmente en la Administraci�n. Y no parece que la estrategia actual sea efectiva para revertir esa situaci�n. En este sentido, todo el mundo deber�a hacer una autocr�tica sincera, analizar las inercias, repensar lo establecido, en definitiva, dise�ar y decidir nuevos instrumentos para los objetivos de siempre. Por supuesto, GARA y el conjunto de medios nacido en torno a EKHE se incluyen en esa reflexi�n.
El euskara podr�a sobrevivir gracias a miles de peque�os compromisos individuales, pero solo podr� garantizarse su futuro si esos compromisos se dan dentro de un marco de acuerdos colectivos, pol�ticos y legales. Est� claro que si los ciudadanos vascos en su conjunto fuesen personas que aman nuestro idioma, lo dominan y viven en euskara, estar�amos hablando de un pueblo que no necesita de Korrika m�s que como divertimiento. Desgraciadamente, no es as�. Si se desea cambiar la realidad, hay que aceptarla tal y como es.
La principal responsabilidad de plantear esa revisi�n, refundaci�n o reordenaci�n de las pol�ticas ling��sticas corresponde a los abertzales. No por definici�n, sino por puro realismo: no cabe esperar que el resto lo vaya a hacer. Y deben pensar una estrategia que sirva tanto para quienes son abertzales como para quienes no lo son. Una estrategia fundada en el valor de las lenguas, la nuestra y la del resto, as� como en una agenda nueva que tenga las diferentes realidades socioling��sticas como referencia. Una estrategia eficaz que contemple lo pol�tico y lo cient�fico, lo p�blico y lo privado, lo popular y lo institucional, las diferencias territoriales... todo lo que afecta al euskara.
Una vez m�s, hay que recordar que el cambio planteado para el pa�s afecta a todos los �mbitos, tambi�n a este.