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La política de austeridad de la Comisión Europea lleva al fin del modelo social

Los países que integran la OIT han debatido en Oslo la manera de fortalecer el empleo y el desarrollo. Sin embargo, esta organización es pesimista porque ese predominio sobre la austeridad conlleva al fin del modelo social europeo, seña de identidad de la UE.

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Juanjo BASTERRA

La Novena Reunión Regional Europea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se desarrolló en Oslo, llamó de forma urgente a tomar medidas «a favor de políticas sociales y del empleo que sean eficaces y que tengan la capacidad de contribuir con el crecimiento y la competitividad, y de generar empleos de calidad». Sin embargo, en la reunión quedó patente que las decisiones de mantenimiento de la austeridad están suponiendo una excusa efectiva para terminar con el modelo social europeo.

El Primer Ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, aseguró que «la crisis en Europa es dramática. Una crisis financiera se ha transformado en una crisis del empleo. Hoy día, en algunos países existe una generación perdida de jóvenes; que no trabajan, no reciben formación y están fuera del mercado laboral. Cada vez un número mayor de personas permanecen inactivas e incapacitadas para trabajar», declaró. A su juicio, «es necesario implementar medidas a fin de evitar una crisis social grave y una reacción política violenta. Este es el principal desafío político que enfrentamos en Europa actualmente» agregó Stoltenberg. El director general de la OIT, Guy Ryder, fue más pesimista porque señaló que «nos enfrentamos a una continua crisis económica y del empleo que no tiene solución a la vista» y pidió «acciones efectivas que lleven a la recuperación».

La situación es grave. Porque, según los últimos datos de la OIT, la crisis ha dejado a más de 26,3 millones de europeos desempleados, es decir, 10,2 millones más desde que estalló la crisis financiera europea en 2008, pero ha continuado deteriorándose desde la introducción de las políticas de consolidación fiscal. «Después de una breve pausa en 2010-2011, el desempleo sigue aumentando y no muestra ninguna señal de recuperación. Solo durante los últimos seis meses, un millón de personas han perdido sus empleos en la Unión Europea», señaló Ryder.

Tras la reunión en Oslo queda la duda de si los estados que integran esa organización cumplirán con esas pautas que se han marcado de restablecer el empleo de calidad. De hecho, la OIT reclamó una financiación clara a las pyme, al impulso de la actividad en la economía verde, un impulso de la productividad basada en la inversión tecnológica real y la garantía de la protección social y los sistemas de pensiones. Porque para la organización internacional, de la crisis solo se saldrá «si se crea empleo, pero de calidad». En este sentido, remarcó que un problema importante que está «resurgiendo» en Europa es que «el trabajo no declarado y el empleo informal representan una parte importante del empleo total en las regiones menos desarrolladas, pero también en países desarrollados».

La OIT denunció que la presión de la crisis obliga a que trabajadores acepten «trabajos atípicos y precarios» porque «no tienen otra opción para obtener recursos económicos». Estos empleos tienden a ser de menor calidad, su remuneración es más baja y ofrecen menos protección a los trabajadores que los empleos regulares a tiempo completo.

Otra importante crítica de la OIT dentro del encuentro de Oslo fueron hacia las sucesivas reformas laborales que «han tendido a relajar la legislación de protección del empleo aplicable a los trabajadores con contratos permanentes; a descentralizar y desregular los convenios colectivos, en particular, su prórroga; y a modificar el régimen de representación de las organizaciones de empleadores y de los sindicatos». Advirtió de que «en la mayoría de los casos dichas reformas se emprendieron mediante un proceso de diálogo social limitado, o bien prescindiendo de éste por completo».

A juicio de esta organización internacional, las reformas del mercado de trabajo «han de ser equilibradas, de modo que faciliten el ajuste de las empresas y garanticen una protección adecuada de los trabajadores. Por ello, deben adoptarse medidas que aseguren un funcionamiento eficaz de las instituciones de negociación colectiva. Entablar un diálogo social tripartito es la única manera de lograr un equilibrio de estas características».

Sin embargo, el camino adoptado en el Estado español, en Portugal y Grecia va precisamente en la dirección contraria. En este sentido, OIT también reclamó que se establezca un sistema para que los jóvenes encuentren una salida laboral cuanto antes. En este caso, la ministra española de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, puso como ejemplo en esta demanda el programa de empleo de jóvenes, que incide en la precarización y los bajos salarios. Porque el desempleo juvenil supera el 50% en estos momentos en el Estado español, pero en una parte importante de la Unión Europea duplica la media de desempleo existente.

La realidad de cada miembro de la OIT es diferente, pero su principio es la austeridad.

 

millones

Son los parados que ha dejado en Europa la crisis económica, es decir 10,2 millones más desde que estalló la crisis financiera europea en 2008.

El informe critica que los salarios pierdan posiciones en la tarta de la riqueza

El informe de la OIT parece describir la grave realidad del Estado español. Porque en materia salarial, describe que «la tasa de crecimiento salarial entre los países más desarrollados osciló entre márgenes estrechos, antes y después de la crisis». Lamenta que «el vínculo entre salarios reales y productividad laboral es muy débil en casi todos los países de la UE. La disminución a largo plazo de la participación de los salarios en el producto interior bruto (PIB) confirma esta discrepancia». En el Estado español de representar el 49% del PIB ha pasado al 43%, mientras que los empresarios mantienen su posición. J.B.

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