Al Qaeda «checheniza» el conflicto en Siria
Dabid LAZKANOITURBURU
Periodista
El anuncio por parte de Al Qaeda de Irak de que el Frente al-Nosra no es sino su franquicia en la guerra siria supone un gran balón de oxígeno para el régimen de al-Assad.
La organización yihadista, en primera línea en frentes de guerra como la ciudad de Alepo y a la que Damasco responsabiliza de los sangrientos atentados que asolan periódicamente a la capital siria, ha reconocido obediencia al líder mundial de Al Qaeda, el médico egipcio Ayman al-Zawahiri, pero no ha ocultado su malestar por el inoportuno anuncio.
Inoportuno para ellos y para el resto de grupos rebeldes armados, incluido el «Ejército Sirio Libre», que implora a Occidente para que abra al tope el grifo de la ayuda militar.
Y oportuno a más no poder para el régimen, a cuyo socorro ha salido Al Qaeda al plasmar en papel su tesis: «En Siria no hay una revuelta, sino un ataque a su soberanía por parte de terroristas, y por ende extranjeros».
Un adepto a las teorías conspirativas colegiría que Al Qaeda-Irak paga así el apoyo que el clan Assad le dio en los años de resistencia a la ocupación de Irak.
Sin ánimo de ir tan lejos, y puestos a establecer paralelismos, se ha comparado la situación en Siria con la de Irak (atentados indiscriminados) y con la de Líbano (guerra confesional). A mí, y salvadas las distancias, me recuerda cada vez más a la de Chechenia. Rusia la sometió neutralizando físicamente a su mayoría independentista y primando (en su discurso y con su salvajismo militar) a las corrientes yihadistas, que las había, como las hay en Siria. ¿El resultado? Al-Assad lo conoce de primera mano de su gran amigo Putin.