No habrá que esperar más para conocer el nombre de las dos parejas que disputarán la final del Parejas el próximo 28 de abril en el Bizkaia de Bilbo, ya que tras la victoria de ayer de Pablo Berasaluze y Jon Ander Albisu sobre Martínez de Irujo-Zabaleta por 22-14, las dos duplas que se midieron ayer en el Labrit iruindarra volverán a verse las caras dentro de dos semanas, esta vez con la txapela en juego.

Lo que, tras lo visto ayer en la Bombonera, ya no parece tan claro es el favoritismo que de forma unánime se había decantado por la pareja navarra de Aspe como claros candidatos a la txapela. No desde luego si Jon Ander Albisu puede rendir al 80% de lo que lo hizo ayer.

Y es que, en el partido más comprometido de hasta ahora, el zaguero ataundarra no solo reivindicó su calidad y fue el sustento sobre el que Pablo Berasaluze pudo poner la puntilla, sino que probablemente por primera vez en todo este larguísimo Parejas, consiguió crear dudas sobre una táctica o una forma de jugar que parecía iba a llevar a los de Aspe al título sin excesivos contratiempos.

Partido completísimo

Sin embargo, ese guión de castigar al zaguero rival aprovechando el poder de la pareja navarra se desmoronó ante un Albisu que, además de aguantar la embestida rival, terminó mostrando la espalda a todo un José Javier Zabaleta.

Al zaguero de Ataun le va el Labrit. Ya la semana pasada se marcó un partidazo ante Olaizola II-Ibai Zabala, pero ayer subió un peldaño su rendimiento, completando su mejor partido de este Parejas y quién sabe si de su corta carrera profesional.

Sin rastro alguno de ese zaguero poderoso pero que perdía pelotas sin demasiado peligro con excesiva facilidad, Albisu salió muy concentrado e inusualmente tranquilo a un partido de suma exigencia desde el primer tanto, lo que permitió ver un comienzo de partido precioso, con un cuerpo a cuerpo entre dos zagueros de apenas 22 años llamados a marcar el futuro de este deporte.

Fue una lucha de poder a poder en la que ambos quisieron imponerse y que dio pie a preciosos peloteos y lujos como un par de voleones del goierritarra, uno con los pies por detrás del ocho, que causaron la admiración del público.

Comenzaron mejor los colorados, adelantándose por un 6-1 que creó cierta incertidumbre en los azules, con una cifra en el horizonte, el 10. El cambio a una pelota mucho más ligera, de las que no habían usado hasta ahora, y un par de ganchos de Irujo los metieron de nuevo en el partido, haciendo que ese objetivo de llegar a diez resultara un trámite cubierto con un pelotazo de Zabaleta para el 11-10.

Al margen de la profesionalidad de cada uno, lo visto hasta entonces aconsejaba, en favor propio, a Irujo-Zabaleta a buscar el cartón 22, o al menos el 21, para quitarse de encima a una pareja muy peligrosa de cara a la final. Lo intentaron, pero les resultó imposible. Zabaleta dijo al término del partido que se relajó tras conseguir ser finalista y que cada vez que le ha pasado algo así ha tenido problemas.

Ya fuera por eso o porque alguno de los zagueros tenía que bajar, Albisu se hizo dueño del partido en su segunda parte y Pablo Berasaluze lo aprovechó para colarse en la final.