Raimundo Fitero
Peonza
Si miramos a Venezuela, la vergüenza crece de manera exponencial la vergüenza ajena que se siente por el tratamiento periodístico y televisivo dado a la campaña. No se puede ser más tendenciosos de manera más primaria. Los pajaritos de Maduro puede hacer mucha gracia, lo mismo que las calificaciones de la muda Cospedal refiriéndose a los escraches como nazismo puro. Estos fachas españoles corrompen todo cuanto nombran. Si elevan la violencia verbal, pueden aumentar la violencia policial y la represión con multas disuasorias. Los que no paran de moverse son los resortes del Reino de España, la Fiscalía General, la Abogacía del Estado, que están que no paran, ven un acto de recibimiento a un preso vasco, muerto en no aclaradas circunstancias y sacan las recetas antiguas de represión a cualquier expresión colectiva, ven una imputación a una Borbón y sacan una batería de defensa estatal para dejar claro que pertenecemos a una monarquía bananera, corrupta en sus entrañas. Hoy se escucharán gritos a favor de la República, muchos serán de repudio a esta situación decadente.