La abnegada ración de trabajo se esfuma en otra jugada de estrategia
Los de Mendilibar desplegaron un gran esfuerzo, sobre todo en el apartado defensivo, para traerse al menos un punto de Málaga, pero un nuevo error defendiendo a balón parado les privó de ese premio.
MÁLAGA 1
OSASUNA 0
Natxo MATXIN
Osasuna trabajó y trabajó para traerse algo positivo de Málaga, pero todo el esfuerzo lo tiró por la borda en otra nueva jugada a balón parado, para más inri, en el tiempo de descuento. Los de Mendilibar centraron más su labor en frenar al Málaga -lo consiguieron en algunas fases- que en buscar la meta contraria, a la que solo llegaron con cierta claridad en la primera parte.
Y es que los problemas ya surgieron desde el pitido inicial. La escuadra navarra no conseguía cortocircuitar la fluida circulación de la pelota por parte del Málaga. Los anfitriones salían con balón controlado desde atrás, con mucho espacio y buscando la espalda de los centrales rojillos.
Andrés Fernández, como en otras ocasiones, se convertía en el salvador del conjunto encarnado. Dos primorosas paradas suyas a tiro de Baptista (m.2) y a carambola de Saviola (m.5) tras rebotar en él un despeje de Arribas permitían mantener el cero en el casillero de los andaluces.
Recuperada la titularidad, Cejudo, el más activo en ataque de los de Mendilibar, trataba de poner la réplica de los rojillos, que también llegaban a las inmediaciones de Willy Caballero, aunque con menos claridad en esos primeros compases del choque. El miedo por el 1-0 y las entradas de los rápidos puntas malacitanos seguían planeando en el ambiente.
Contribuían a ello los dos futbolistas locales citados, Saviola y Baptista. Sus coladas finalizaron por falta de puntería o por las rápidas reacciones de Rubén, Marc Bertrán y Oier. El argentino incluso envió el cuero a la base del poste, en la ocasión más clara del lado albiazul.
Osasuna solo se desembarazó de ese dominio en el último tramo de la primera parte, cuando gozó de las mejores oportunidades. Primero Caballero abortó con una gran estirada una entrada y posterior disparo de Cejudo (m.39), y, tres minutos más tarde, dio la impresión de rozar a corner un empalme con la derecha de Armenteros.
Menor llegada
La tónica de la primera parte se mantuvo tras el paso por vestuarios, aunque con un detalle muy clarificador: ambas escuadras tuvieron mucha menos llegada. El aspecto táctico se impuso a la creatividad y a ello ayudó la diferente disposición sobre el campo que diseñó Mendilibar cuando sacó a Puñal para reforzar la medular.
El paso de los minutos y la lógica aparición del cansancio colaboró a que el encuentro se fuese haciendo cada vez más espeso y más favorable a los intereses navarros, a quienes todo lo que fuese sumar les venía de maravilla a estas alturas de temporada. Lo cierto es que lo que se ganó por un lado también se perdió por otro. La retirada de Cejudo restó mordiente y solo un disparo lejano y raso de Armenteros metió miedo al rival.
Poco a poco, el choque fue derivando en balones largos, donde solo Joaquín parecía sorprender. Todo indicaba que los rojillos podían sumar un punto, pero volvieron a flaquear en lo que habían ensayado entre semana, la estrategia. La enorme dosis de trabajo no sirvió para obtener recompensa.
a cuatro puntos
Tras la derrota en Málaga, la diferencia con el descenso se ve recortada a cuatro puntos por la goleada a domicilio del Deportivo. Dependiendo de lo que haga el Zaragoza, podría reducirse hasta los tres.