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Barack Obama: «os encontraremos y os enfrentaréis a la justicia»

El presidente de Estados Unidos afirmó ayer que encontrará y llevará ante la justicia a los autores del atentado en el maratón de Boston del pasado lunes. Aunque el FBI anunció la divulgación de imágenes de sospechosos que habrían captado cámaras cercanas, todavía desconocía la autoría y el móvil del ataque. En cambio, detuvo a un sospechoso de haber enviado las cartas con veneno a Obama , a un senador republicano y una oficina judicial.

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GARA | BOSTON

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, proclamó ayer que encontrará y llevará «ante la justicia» a los autores del atentado de Boston, que acabó con la vida de tres personas y dejó más de 170 heridos. «Os vamos a encontrar», aseguró, en una referencia a los autores del atentado, durante su discurso en el funeral celebrado en la Catedral de la Santa Cruz de Boston. «Os vamos a llevar ante la justicia», añadió, antes de subrayar que la detención de los autores del atentado reforzará los «valores estadounidenses».

El presidente indicó que «estoy aquí hoy representando al pueblo americano con un mensaje sencillo: Cada uno de nosotros ha resultado afectado por este ataque a vuestra querida ciudad. Cada uno de nosotros os apoya».

Unas 2.000 personas asistieron al funeral, en el que estuvieron presentes el gobernador de Massachussetts, Deval Patrick, el alcalde de Boston, el presidente y su esposa, Michelle Obama, familiares de víctimas, personal médico, altos cargos gubernamentales y voluntarios de la Asociación de Atletismo de Boston, responsable de la gestión del maratón.

Dos de los nueve hospitales donde siguen ingresados los heridos más graves informaron de que han estabilizado a los pacientes y no esperaban que el número de víctimas mortales aumente.

Imágenes de sospechosos

El FBI anunció que divulgaría las imágenes de dos sospechosos de los atentados. Al parecer se emitirán imágenes grabadas en la zona de las explosiones, en la meta de la carrera de maratón, de dos personas que cargaban grandes mochilas el día del atentado.

La secretaria de Seguridad Nacional, Jannet Napolitan, señaló que se están recogiendo pruebas de una «gran variedad de fuentes» y confirmó que hay un vídeo en el que aparecen unas personas que han planteado dudas a los investigadores y «con las que el FBI quiere hablar». «No los describiría como sospechosos según el término técnico, pero necesitamos la ayuda del público para localizar a esos individuos», explicó

El alcalde de la ciudad, Thomas Menino, afirmó el miércoles que se habían logrado importantes progresos gracias a las imágenes de una cámara de seguridad situada frente al lugar de la segunda explosión y fotos cedidas por testigos. Tras informaciones confusas sobre una posible detención, el FBI lo desmintió y retrasó varias veces una rueda de prensa programada para ayer, que finalmente canceló. La investigación que parece más avanzada, aunque sin relación con los atentados de Boston, es la de los envíos de cartas con veneno. Se detuvo a un sospechoso de haber enviado una carta envenenada al presidente, Barack Obama, en un envío interceptado antes de que llegara a la Casa Blanca, y a quien la Fiscalía Federal imputó querer matar al presidente. Se trata de Paul Kevin Curtis, a quien el Departamento de Justicia acusa de haber enviado «una sustancia granulosa que dio positivo en la prueba de ricina», un potente veneno.

Matar al presidente

Los cargos impuestos contra Curtis le exponen a una pena máxima de 15 años en prisión, 500.000 dólares en multas y tres años de libertad vigilada. El primer cargo le acusa de «depositar conscientemente en el correo y para su entrega desde cualquier oficina postal cualquier carta, papel, escrito o documento que contenga amenazas de arrebatar la vida o ejercer daño físico al presidente de Estados Unidos». El segundo le acusa de «depositar conscientemente y provocar la entrega por parte del Servicio Postal de acuerdo con las direcciones especificadas, comunicaciones dirigidas a otras personas y que contengan una amenaza para herir a la persona o a otros».

«El sobre, dirigido al presidente Obama, fue inmediatamente puesto en cuarentena por el personal del Servicio Secreto, y se inició una investigación coordinada con el FBI», indicó esta agencia.

Otro paquete con la misma sustancia fue enviado al senador republicano Mississippi Roger Wicker, y una tercera a un representante de la Justicia de Misissipi, estado en el que fue detenido el sospechoso.

Ayer un edificio de la sede de la Marina en Arlington (Virginia) fue desalojado al detectarse una posible sustancia sospechosa, que finalmente resultó una falsa alarma.

Según un boletín del FBI obtenido por la cadena NBC News, las misivas con ricina fueron enviadas el 8 de abril desde Memphis (Tennessee) y contienen el mismo texto: «Ver algo incorrecto y no exponerlo es convertirse en un aliado silencioso de su continuación». Las dos tienen además la misma firma: «Soy KC y apruebo este mensaje». Según la prensa local, Curtis era conocido por su afición a las teorías conspiratorias, que empezó a divulgar después de haber trabajado en la morgue del hospital local en Tupelo.

«Estoy en la primera línea oculta de una guerra secreta», escribió la madrugada del miércoles en su página de Facebook, de acuerdo con el diario. «Una guerra que está generando miles de millones de dólares para organizaciones y gente corrupta y relacionada con la mafia (el mercado negro que cosecha huesos, tejidos, órganos y partes del cuerpo humano)», añadía.

Aunque el FBI descartó que la carta dirigida a Obama esté relacionada con las explosiones del maratón de Boston, la cercanía de los hechos contribuyó a aumentar la preocupación en un país con los nervios a flor de piel y recordó los envíos tóxicos tras el 11-S que nunca fueron aclarados. El FBI advirtió de que es probable que «se sigan recibiendo cartas».

Semana fatal y aniversario de varias matanzas

EEUU vuelve a sentir la sicosis de sentirse vulnerable. Los atentados de Boston, la alarma por el envío de cartas envenenadas a dirigentes del país y la explosión de una planta industrial en Waco (Texas) lo han sumido en una «semana negra» de inseguridad coincidiendo además con los aniversarios de las matanzas que más han conmocionado al país, lo que ha puesto de relieve la casualidad que alimenta teorías conspiranoicas. Y es que en cinco días de abril, los que van del 16 al 20, coinciden las fechas de las peores matanzas de los últimos 15 años, a excepción de los atentados del 11-S. Waco es el lugar donde un 19 de abril de 1992, las fuerzas de seguridad asaltaron el rancho de Monte Carmelo, sede de la secta de los davidianos para poner fin al sitio que había comenzado el 28 de febrero en busca del líder del grupo. Dejaron 81 muertos, entre ellos 17 menores de diez años. El 16 de abril de 2007 un estudiante surcoreano mató a 32 personas en la Universidad Politécnica de Virginia antes de suicidarse. En una grabación rendía homenaje a Eric Harris y Dylan Kiebold, los estudiantes que casi exactamente ocho años antes habían abierto fuego también contra sus compañeros en un instituto de Columbine, Colorado, donde mataron a doce alumnos y un profesor. Otro 19 de abril, dos años después de los sucesos de Waco, un camión bomba mató a 168 personas y destruyó en la ciudad de Oklahoma la sede de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, cuyos agentes participaron en la operación contra los davidianos. GARA

temor a los gases

Los servicios de rescate también temían la posible contaminación del aire con gases tóxicos. La Aviación civil instauró una zona de exclusión aérea sobre la fábrica y el Guardia Nacional envió una veintena de expertos para seguir una posible nube tóxica.

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