Daniel Calparsoro se hace fuerte en el cine de acción con un thiller sobre ruedas
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
El título de la nueva película de Daniel Calparsoro resulta tan gráfico como el de su anterior «Invasor», donde se aludía al enemigo interno dentro de una trama conspirativa. «Combustión» posee una doble acepción, ya que combina en un mismo concepto la pasión sexual con el mundo del motor. Así que promete mucha velocidad, sexo, robos y drogas. Todo ello bien mezclado y agitado en un combinado de acción trepidante.
Es la historia de un triángulo amoroso entre jóvenes buscavidas. El protagónico Álex González, que acaba de estrenar con buenas críticas «Alacrán enamorado», está a punto de casarse, cuando en la fiesta de compromiso conoce a una atractiva camarera del catering interpretada por Adriana Ugarte. Ésta le seduce y le presenta a su compinche, al que da vida Alberto Amman, quienes le introducen en el mundo de las carreras ilegales. No tarda en descubrir, sin embargo, que la pareja le ha utilizado como cebo, y que el objetivo era en realidad atracar la joyería de su prometida. Pero ya no puede dar marcha atrás, implicado de lleno en la nueva relación y en sus derivaciones delictivas.
Daniel Calparsoro rodó las escenas más espectaculares en Lisboa, dándole a la producción un aire más internacional. Son secuencias con caros y lujosos coches deportivos, desembarcados en la zona portuaria. Por el reparto y el demográfico juvenil al que va dirigida la película supone una prolongación de sus trabajos televisivos, con las miniseries «El castigo», «La ira», «Inocentes» y «Tormenta». A ellas les debe Calparsoro su continuidad profesional, después de que sus proyectos de cara a la industria de Hollywood no se concretaran, a pesar de la inversión inicial.