Ayer, 25 de abril, pocos, ni siquiera los militares retirados o en activo que participaron en la revolución de los claveles de Portugal, participaron en los actos conmemorativos de su 39 aniversario. Los ciudadanos portugueses creen que la que fue la dictadura más longeva de Europa se ha transformado en una nueva dictadura, la de los mercados y su austeridad draconiana, que ha convertido al país en un protectorado de la Troika. Aumento generalizado de impuestos, fin de la sanidad pública, alzas de las tarifas de gas, electricidad, combustibles, transporte y matrículas educativas, despido libre, reducción de subsidios... el pueblo portugués siente que el Gobierno no puede vender así el país y que nunca le ha concedido esos poderes..

El sentimiento de que los mercados han marchitado los claveles de la Revolución, de traición a los ideales de igualdad, libertad y fraternidad, más allá de cualquier sigla, se extiende comprensiblemente. La alternativa a esta situación ya la cantaba José Zeca Afonso, autor de la canción «Grândola, Vila Morena», el símbolo que hizo florecer la utopía revolucionaria: «o povo é quem mais ordena».