Claveles rojos y críticas a la austeridad en el aniversario de la revolución lusa
Lisboa se llenó ayer de claveles rojos y gritos contra la política de austeridad aplicada por el Gobierno de Padro Passos Coelho, cuya renuncia pidieron decenas de miles de manifestantes en el aniversario de la Revolución de los Claveles que llevó la democracia a Portugal en 1974.
GARA |
La Revolución de los Claveles cumplió ayer 39 años con muchos de sus protagonistas profundamente decepcionados por la situación de un país inmerso en la peor crisis que recuerdan sus habitantes. Algunos de los más destacados capitanes de aquel 25 de Abril que cambió el curso de la historia portuguesa se negaron a participar en los actos oficiales que conmemoraron ayer el aniversario. Uno de los más destacados, Otelo Saraiva de Carvalho, que formó parte del Consejo de la Revolución, sostiene que el país necesita otra revolución de «mentalidades» para salir de los graves problemas económicos y sociales que le aquejan.
A las críticas de los exmilitares se sumaron los partidos de izquierda, que suman 98 de 230 diputados, y se oponen frontalmente a los sacrificios exigidos por la troika a cambio del rescate financiero concedido en mayo de 2011. Sin embargo, el presidente, Aníbal Cavaco Silva, se cuestionó los «fallos» de las previsiones de la troika pero consideró inevitables nuevas privaciones.
El recuerdo del 25 de Abril elevó el tono de los reproches a la política de austeridad y los recortes al Estado social nacido de aquel levantamiento contra el régimen que instauró en 1933 António de Oliveira Salazar.
Los actos institucionales del 25 de Abril se cerraron en la Asamblea de la República con «Grandola Vila Morena», la canción de Zeca Afonso que sirvió de señal para el inicio de la Revolución. Pero en los últimos meses, tanto multitudinarias protestas como grupos de activistas han cantado el himno revolucionario para expresar el descontento popular.
La Asociación 25 de Abril, creada por los militares sublevados en 1974 y que mantiene una actitud muy crítica con las políticas de austeridad y privatizaciones del Ejecutivo conservador, también la entonó el miércoles por la noche con mucho sentimiento al abrir las conmemoraciones de la revolución. Centenares de simpatizantes del movimiento acudieron a la medianoche a la sede de Radio Renascenca en Lisboa, que emitió la canción a la misma hora, las 00.20, que dio la señal a los militares sublevados en las zonas más alejados de la capital de que el alzamiento estaba en marcha.
Vasco Lourenco, presidente de la asociación y uno de los capitanes que integró luego el Consejo de la Revolución y el Consejo de Estado, afirmó en el acto que todo lo conseguido con la revolución «esta siendo destruido ahora».
Ayer tarde, decenas de miles de personas se manifestaron en Lisboa, encabezados por líderes de la izquierda y sindicales y algunos capitanes que se sublevaron en 1974, que volvieron a criticar la situación económica y social y la destrucción de los valores y logros democráticos de la Revolución.
El Partido Socialista Europeo (PSE) abrió ayer en Portugal un cónclave de sus dirigentes para preparar la estrategia electoral de cara a los comicios comunitarios y analizar la crisis, el desempleo y las políticas de austeridad.