Entre 13 y 15 personas murieron ayer en diversos atentados en Irak, entre ellos cuatro milicianos suníes de Sahwa (Despertar) que luchan contra Al Qaeda y que iban a cobrar su salario en una comisaría de Falujah (norte del país).

Irak es escenario desde hace casi dos semanas de una ola de violencia sectaria que ha dejado un saldo de 240 muertos.

Ello ha influido sin duda en el incremento del balance de muertos el pasado mes de abril, con una cifra récord de 460 víctimas mortales.

El asalto de una acampada de protesta suní en el norte tuvo su réplica con ataques y emboscadas al Ejército, preminentemente chií, y con atentados contra ciudades de esta confesión y contra los colaboradores del Gobierno, incluso suníes.