Con más de 230.000 personas engrosando las listas del paro en Euskal Herria, el desempleo centró ayer los actos convocados por LAB a lo largo y ancho del país. Su secretaria general, Ainhoa Etxaide, participó en la manifestación de Durango donde reivindicó, «como no puede ser de otra manera», un cambio de políticas dirigido a la creación de empleo.

«Hemos llegado a unas tasas de desempleo a las que se decía que no íbamos a llegar», advirtió. La comarca de Durangaldea retrata perfectamente el drama del desempleo al haberse triplicado la tasa de paro desde el inicio de la crisis. Los trabajadores de las empresas Iketz (Abadiño) y San Eloy (Elorrio) son la viva imagen de esa realidad. Ayer, ataviados con chalecos verdes y acompañados por sus allegados, se posicionaron en la cabeza de la manifestación para rechazar el cierre de las empresas, después de haber recibido el martes el ERE de extinción para 190 empleados.

Tras la manifestación, los trabajadores tomaron la palabra y reconocieron que son «momentos duros», ya que la «mala gestión» de la dirección ha puesto en la cuerda floja la continuidad de Iketz y San Eloy. Por ello, reclamaron la implicación de las instituciones por el futuro de sus puestos de trabajo.

En su discurso, Etxaide dedicó sus primeras palabras a los trabajadores de estas dos empresas y de otras tantas como Cementos Lemona, Odi Bakar o CAF. De ellos, destacó su lucha en defensa del empleo, una lucha que calificó como «foto de la dignidad» en un contexto donde la crisis deja cada día fotos de empresas que cierran, familias desahuciadas, despidos, ERE y personas que no pueden cubrir sus necesidades más básicas.

En el lado opuesto colocó las «fotos de la vergüenza», protagonizadas por los gobiernos de Madrid y Gasteiz, a quienes acusó de «dar la espalda» al drama del desempleo cuando -según destacó- debería ser la prioridad de su agenda política.

«Un pacto españolista»

En este sentido, Etxaide arremetió contra la propuesta que el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha lanzado esta semana al PSE y al PP, y con el que -criticó- se pretende crear «un Gobierno de concentración» para «seguir atados de pies y manos a las decisiones de Madrid».

Advirtió de que este «pacto españolista» tiene como objetivo obstaculizar un cambio de políticas y dar la espalda a una «alternativa real» que «existe», aunque reconoció que «es difícil de articular y fácil de definir». La primera de las condiciones de dicha alternativa consiste, según LAB, en «plantarse ante las imposiciones de Madrid». Para ello, reivindicó la soberanía de Euskal Herria como principio indiscutible para la construcción de una «alternativa social, económica y política».

Etxaide recalcó que dicha alternativa consta de «propuestas concretas» como «crear un fondo de inversión con recursos que sí existen en Euskal Herria, con los recursos de Kutxabank. Si no, ¿de dónde han salido los 500 millones que han sacado de Euskal Herria para invertirlos en una caja en ruinas en Andalucía y meterlos en un banco malo?», se preguntó.

Asimismo, abogó por cambiar la política fiscal e invertir la recaudación en Euskal Herria y en su industria, en lugar de imponer medidas que amenazan con la desaparición del tejido productivo.

Contra la corrupción en Iruñea

En Iruñea, en un clima ensombrecido por la corrupción y el desempleo, LAB manifestó la necesidad de dar un cambio radical al panorama político que, más allá de un «cambio de caras», ahonde en un «cambio de modelo» ante el actual «corrupto y antisocial».

Al llegar la manifestación a las inmediaciones de la delegación del Gobierno, los manifestantes realizaron una sentada para denunciar las trabas a las columnas previas a la marcha. Arroyo concluyó el acto haciendo un llamamiento a la huelga general del 30 de mayo para «evitar que los corruptos saboteen el cambio político y social que demanda la clase trabajadora». Un mensaje que protagonizará las próximas semanas.