Agustín GOIKOETXEA

Bermeo conoce el sentido de la solidaridad y ayer la practicó a pleno pulmón llenando las calles de su centro histórico, en la fiesta impulsada por amantes de las motos llegados de diferentes partes del país con sus imponentes máquinas y sus peculiares vestimentas. Ellos fueron los promotores del sencillo programa al que se sumaron hosteleros y una docena de bandas locales dispuestas a dejarse la piel sobre el escenario para que quienes acudieron aportaran su dinero en las huchas instaladas o con las que se postuló, además de consumir en los bares los pinchos de bonito que se ofrecieron a un euro gracias a la aportación de Conservas Campos y dos panaderías.

Desde las 10.00 a las 20.00, en Goiko Plaza, así como en las calles Aurrekoetxea y Erremedio, se sucedieron las actuaciones de los catorce grupos de rock que se confabularon en la iniciativa, trece de la localidad y uno de Gatika. Allí estuvieron, y con ellos muchos de sus jóvenes seguidores, las bandas Sealed Room, Inguma, Snatzen, Norez, Unholy Covers, Zona 0, Cactus, Ost, Gatom, Controlares Aereos, Ramonetarrak, Magnetico Grupo Robot y La Vieja.

Los músicos abrieron los forros de sus guitarras para que sobre ellos se volcasen también monedas y billetes con los que engrosar la recaudación final, destinada a esa treintena de familias que lo están pasando mal a pesar del respaldo popular e institucional.

Sara Álvarez, portavoz de la asociación de damnificados, no pudo ocultar la satisfacción que sentía a mediodía al ver cómo se iba desarrollando el festejo solidario. «Cuando ves que el pueblo está volcado, te emocionas», confesó.

Pero no todo fue consumir en los establecimientos hosteleros y en la txosna emplazada en los soportales de la casa consistorial, al margen de la música rock y la percusión de Darbuka, un grupo de sevillanas conformado por bermeotarras -Txo Sevilla- y otro con aves rapaces -Beltz Harrapariak- hicieron sendas exhibiciones a pie de la «zona cero» de la villa marinera.

Respuesta «fantástica»

Desde la organización, Juan Carlos Martínez calificó de «fantástica» la respuesta ciudadana a la propuesta motera, apostillando que el sol que brilló en la primera mitad de la jornada sobre Bermeo, «con cuatro gotas de lluvia», había ayudado a que la gente se hubiese acercado y animado el casco histórico.

Al margen de esta iniciativa solidaria, que es una más de las que están teniendo lugar o se van a promover dentro y fuera de la villa, poco a poco se van conociendo más datos sobre los efectos del incendio, como que una docena de comercios del casco historico ya han pedido acogerse a la exención de impuestos -como el IBI- promulgada por la Diputación vizcaina como ayuda. Se trata, así informó el martes el portavoz foral, Unai Rementeria, del listado provisional que les ha remitido el Consistorio.

Además, 25 son las familias que han sido realojadas en las viviendas de promoción foral que estaban vacías en Bermeo. Son buena parte de los alrededor de 70 vecinos que residían en los portales 18, 20 y 23 de la calle Nardiz tar Jon, que se derrumbaron por el efecto del fuego, y de los números 15, 16, 17 y 19 de esa misma vía que sufrieron otros daños.

Según la información enviada por la delegación del Gobierno español al Ayuntamiento, los vecinos que perdieron su hogar tan solo recibirán una ayuda de 15.120 euros -siempre y cuando cumplan los requisitos en cuanto a su renta anual- mientras que los que tengan que afrontar la reparación de las estructuras de sus inmuebles, percibirán la mitad de la valoración de los desperfectos que les hayan efectuado los peritos, con un límite de hasta 5.160 euros.

En cuanto al mobiliario, la ayuda para proceder a la reposición de los enseres en ningún caso superará los 2.500 euros. En todos los casos, será necesario que los afectados dispongan de pólizas de seguro.