Excepcionalidad del Primero de Mayo
Euskal Herria, como el resto del mundo, celebró ayer un Primero de Mayo que reunía elementos de excepcionalidad al producirse en una fase marcada por la exasperante falta de trabajo, sumida en el pozo del paro que, hasta ahora, parece no tener fondo y con una convocatoria de huelga general a la vuelta de la esquina. Fue una jornada de marcado carácter reivindicativo, de protesta, de indignación, donde confluyeron en diferentes convocatorias el stop contra los desahucios, la realidad de la gente que va sobrepasando el umbral de la pobreza, el grito pidiendo soluciones a las preferentes... en definitiva, todos los sectores que son víctimas de una política económica que deshumaniza, fractura socialmente el país, que agranda la brecha entre la promesa y su materialización.
No fue un Primero de Mayo cualquiera. Los discursos de la mayoría sindical vasca no trasmitieron nostalgia de lo que atrás ha quedado ni pesimismo sobre lo que está por venir. Y aunque quede pendiente la asignatura de ver hasta qué punto las viejas respuestas clásicas siguen vigentes o pertenecen, como tantas otras cosas, al pasado, los llamamientos a la movilización y a participar en la huelga general del 30 de mayo indican que, además de razones y argumentos, hay recorrido y convencimiento para formular un nuevo esquema de confrontación. Pero una cosa es formular y presentar un calendario, y otra es articular una mayoría social, un desafío popular desobediente, dotado de una alternativa accesible y con potencial, que esté a la altura de las circunstancias y contribuya a colocar las bases para salir del pozo.
Con todo, frente a la resignación que algunos pretenden imponer como parte del paisaje, «el sálvese quien pueda pero yo primero», ocupar el espacio público y organizar la defensa colectiva se hace necesario. Algo en lo que los sindicatos de Euskal Herria tienen mucho que decir pero que no pueden hacer solos. En ese sentido, solo queda acertar en las decisiones e inventar nuevas soluciones. Ese reto concierne a todos y a todas.
