Derbi aplazado
Victoria baskonista en el tiempo de recreo de Miribilla
El físico y el dominio al rebote definió el duelo, que solo peligró para el Baskonia en el tercer cuarto. Pilepic repitió su gran nivel, pero nada pudo ante Causeur, Pleiss, Nocioni, Lampe y San Emeterio.
UXUE BILBAO BASKET 75
LABORAL KUTXA BASKONIA 93
Arnaitz GORRITI
El derbi entre Uxue Bilbao Basket y Laboral Kutxa Baskonia fue un recreo que acabó con una clara victoria baskonista. El dominio en el rebote de los de Tabak, unido a su mejor condición física que la de un rival achacoso y al que se le hizo muy largo el último tramo, resultó clave en el desarrollo del encuentro. Lo mejor para los hombres de negro, que Pilepic parece haber llegado para quedarse, aprovechando la ausencia de Grimau y la precariedad física de Vasileiadis. En el Baskonia, Nocioni puso los cimientos, Causeur y Pleiss las primeras piedras, Lampe dio un par de clases de baile a los pívots bilbainos y San Emeterio, con la colaboración de Nemanja Bjelica, cerró un partido en el que Calbarro pudo saltar a la cancha y en el que debutó Devon Van Oostrum con la camiseta baskonista.
Arrancaba el Baskonia con mucho más ritmo que su rival, adelantándose 6-19 mediado el primer cuarto. Nocioni ejercía de bastión reboteador mientras que Tibor Pleiss y Fabien Causeur -el francés, que en principio iba a recalar en Bilbo cuando la escuadra gasteiztarra se adelantó en el último momento para hacerse con él, se mostró muy motivado- marcaban la diferencia a través de un ritmo y una intensidad mayor que Bilbao Basket, que precisó adelantar su rotación -Pilepic, por ejemplo, apenas lograba tocar el balón- para empezar a generar peligro. Mumbrú y Hamilton aportaban cositas, pero solo con Raül López los vizcainos le cogieron el aire al derbi, amén de que el descanso de Nocioni y Pleiss supuso el fin de la «tiranía reboteadora» baskonista.
El segundo cuarto, tras el 17-24 del final del primer período, fue espectacular. Pilepic volvió con el punto de mira centrado, sacándole un «tres más uno» a Jelinek, mientras que Hamilton, mediante un mate tras robo, lograba arrimar a cinco puntos a los de Katsikaris: 25-30.
Pero en el Baskonia emergieron Lampe -mal atrás, enorme en ataque, cargando de faltas a los pívots bilbainos- y San Emeterio -culminando, entre otras jugadas, un robo de Heurtel que acabó con pase de espaldas del base francés-, de forma que la renta baskonista supo mantenerse alrededor de los diez puntos, a pesar de los múltiples tiros libres errados por los de Tabak, llegando 35-47 al receso.
Un amago, un espejismo
El único momento de peligro para los gasteiztarras llegaría al regreso de los vestuarios. Tres triples seguidos de los hombres de negro -uno de Pilepic y dos de Hervelle- pusieron el marcador 46-49, y los 10.003 espectadores que abarrotaban el Bilbao Arena -excepto los baskonistas que acudieron- creyeron poder remontar. Al fin y al cabo, era el cuadro local quien más se jugaba en el derbi de anoche.
Pero Nocioni emergió con un aplomo desconocido en él para apaciguar los ánimos. A base de rebotear y anotar desde media distancia, la renta gasteiztarra volvió a dispararse, y más que se dispararía cuando los «héroes» de Tabak apretaron las clavijas atrás y cerraron el rebote. Pleiss agarraba un buen puñado de rebotes en ataque mientras que Lampe y Causeur volvían a poner velocidad de crucero al juego baskonista.
Con todo, fue San Emeterio quien, con un último cuarto muy acertado, rompió definitivamente el derbi de Miribilla, llevando la renta a una máxima de 21 puntos a pocos segundos del final. Con la presencia de Calbarro y el debut de Van Oostrum, el recreo se había acabado, y con él, las opciones de victoria de Uxue Bilbao Basket, que deberá apretar de lo lindo si quiere seguir optando a la cuarta plaza, mientras intenta recuperar a su gente en el plano físico de cara a los play offs.
Naturalmente, Tabak y Katsikaris eran las dos caras de la misma moneda. La defensa, la actitud y la calma en ataque fueron los argumentos principales del técnico baskonista, mientras que el preparador bilbaino se lamentaba de la precariedad física de su plantel.
«Este partido lo ganamos por jugar una defensa sólida desde el principio hasta el final. Mi preocupación era ver si mis jugadores saltaban con la actitud adecuada y parece que sí, por lo que, aunque hemos cometido algunos fallos, estos han sido menos de los habituales, y además hemos mantenido altos porcentajes de tiro, pero sin precipitarnos, aún cuando nos han apretado ellos en el tercer cuarto», declaraba Zan Tabak.
El de Split desgranaba su alegría en motivos diversos, entre los que tuvo mención a sus aficionados, sobre todo a los que salieron del Bilbao Arena con una sonrisa en los labios. «Estoy contento por varios motivos: porque ganamos en una cancha difícil y la manera en la que lo logramos; porque ganamos jugando la defensa; y porque nuestra afición, porque sé cuánto significa la rivalidad entre Bilbo y Gasteiz», recalcó.
Por último, el entrenador de Split cerró su alocución con un «mensaje para el equipo. En cuanto al ataque, somos un equipo muy rico y con muchas amenazas. Lo cierto es que nosotros no tenemos problemas en meter 80 o 90 puntos. Cuando perdemos, el problema suele ser que no defendemos».
Katsikaris reconoció por su parte que «han sido muy superiores. Tienen más jugadores y están más frescos. Han salido muy fuertes en defensa y nos han sacado de nuestro juego. Estando ellos en muy buena dinámica y nosotros con tanta gente tocada, era muy difícil».
De cara al futuro, Katsikaris simplificó su objetivo a «estar en los play offs, ya veremos cómo vamos en los siguientes partidos. Físicamente queremos, pero no siempre podemos», advirtió. A. G.