La Real rompió su racha de quince partidos sin perder y ve cómo el Valencia se acerca a dos puntos tras un partido en el que estuvo irreconocible hasta el último cuarto de hora, que no fue suficiente para evitar la derrota.

Se adelantó en su primera llegada y sin tiempo de hacer méritos para ello, aunque el centro de Zurutuza fue de lo mejor del partido. Pero un grave error de Markel propició el empate y marcó el partido. Esa fue la jugada clave de la noche y simbolizó lo que fueron los primeros 75 minutos de la Real, un equipo sin intensidad que equivocó jugar confiado con jugar con confianza y asumió riesgos inútiles como el que costaron el empate.

Y eso que la Real se encontró de salida con el regalo del asistente de Undiano Mallenco al conceder un gol en fuera de juego de Carlos Vela. El Getafe no inquietaba más que en disparos lejanos y los blanquiazules se sentían tan cómodos que jugaron sin la actitud necesaria y Markel dio vida a los madrileños con un gravísimo error.

Hay jugadores a los que les perjudica tener confianza porque empiezan a hacer cosas que no deben. No se puede dar un pase hacia atrás sin estar plenamente seguro de que nadie puede inquietar a un compañero. En lugar de quitarse el balón de encima, que es lo que debe hacer cuando no encuentra un pase sencillo, Markel pasó a ciegas a su área y dio una asistencia perfecta a Pedro León, que metió en el partido a su equipo, que antes del 2-1 tuvo una clara ocasión de Lafita para marcar.

La Real jugó a partir de ahí una hora de juego lamentable, perdida y tomando siempre la decisión equivocada. Y no solo por el error de Markel. Tampoco Pardo estuvo bien. Tiene una calidad inmensa, pero su estilo de juego es diferente al de su equipo. Abusa del pase en largo cuando su equipo es más peligroso cuando busca un juego combinativo. Zurutuza, que intentó jugar como Xabi Prieto con tendencia a buscar la banda derecha, solo apareció en la izquierda en la jugada del gol.

Carlos Vela fue el único que estuvo a la altura en el primer tiempo. No solo marcó el gol, se movió bien y también protagonizó dos buenas opciones sin encontrar rematador en la primera y con una buena respuesta de Moyá en la segunda. Pero en el segundo tiempo se contagió del mal juego de su equipo y desapareció de escena.

La reacción llegó muy tarde

Solo la salida al campo de Chory Castro -fue difícil entender que se quedara de inicio en el banquillo y más que tardara tanto en entrar- cambió el partido en los últimos quince minutos. Hasta entonces la Real estuvo fuera de órbita. El Getafe controlaba el juego, ponía el ritmo que le interesaba y solo cuando salió el jugador uruguayo puso la velocidad que reclamaba el juego de su equipo.

Chory Castro protagonizó la mejor jugada realista del encuentro en una combinación con Griezmann y De la Bella y un centro que Vela y Agirretxe no remataron. Luego fue Carlos Martínez el que remató fuera a la salida de un corner y Griezmann tampoco acertó con la derecha tras un pase magistral de Imanol Agirretxe con la izquierda a la media vuelta.

Ahí se acabaron las opciones realistas y Lafita perdonó el 3-1 en el tiempo añadido de un partido que la Real debe tomar como referencia para saber lo que no puede hacer. Todavía mantiene dos puntos y el average, pero lo peor es que ayer no solo dio vida al Getafe. También a un Valencia que casi daba por perdida la Champions en Anoeta.