Maite SOROA | msoroa@gara.net
Territorio comanche
Hace unos días un «artista» granadino se paseó por la parte vieja de Donostia con una manta térmica y la ropa hecha harapos, y ya se ha convertido en el nuevo héroe de la prensa carpetovetónica. Por ejemplo, en «Libertaddigital» Cayetano González explica que «me hubiera gustado presenciar in situ la perfomance», pero como no pudo, dice que «me conformaré con imaginar las caras de asombro primero y de rabia después de todos esos dueños de bares, restaurantes, establecimientos varios y vecinos en general que durante tantos años han hecho de esa parte vieja de la bella Easo un coto vedado, un territorio comanche, sólo transitable y habitable para los suyos». Es decir, que al parecer el objetivo del paseo era tocar las narices a las vecinas y vecinos de la zona. Loable objetivo...
Sostiene González, que fue director de Comunicación del Ministerio del Interior con Mayor Oreja, que «el gesto de Omar Jerez tiene el simbolismo de haberse atrevido a introducirse en lo que podría ser considerado el epicentro del apoyo social a ETA, aunque no es el único, porque tampoco se quedan atrás, en lo que a ambiente favorable a la banda terrorista se refiere, localidades guipuzcoanas como Mondragón, Ordicia, Lasarte o Hernani». Vaya, ya le ha organizado las vacaciones al tal Jerez, ya sabe a dónde tiene ir. Pero se ve que el columnista tiene alguna espinita clavada que no le deja dormir. Lean si no el siguiente párrafo: «En unos tiempos en que todo ese mundo que algunos llaman ahora la izquierda abertzale está tan crecido, y tiene claros motivos para estarlo, después de la legalización por parte del Tribunal Constitucional de Sortu, después de la vuelta a las instituciones, después de conseguir gobernar en Guipuzcoa, en San Sebastian y en muchos mas ayuntamientos vascos y navarros, que un actor, `españolazo' dirían ellos a modo de insulto, les dé esa lección de dignidad moral, les abofetee en sus propias narices denunciando de una forma tan clara su inmoralidad al no condenar los crímenes de ETA, supone al menos un motivo de satisfacción y, lo que es mas importante, un homenaje in situ a todas las víctimas del terrorismo y a todos los que en San Sebastián han tenido que soportar la chulería de muchos de los habitantes de esa zona de la ciudad». Está claro que no tiene muchos amigos por allí. Por eso lo considera «territorio comanche». Servidora siempre ha preferido a los indios sobre los vaqueros, pero parece que González es más de John Wayne.