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Raimundo Fitero

Toxicidad

 

La mañana del lunes desperté con todos los informativos televisivos ofreciendo una noticia muy tóxica. Isabel Pantoja había dado un concierto en Benidorm llenando un aforo de más de mil cuatrocientas personas que pagaron cada una cincuenta euros y fue jaleada por el público. Que una condenada por lo que ha sido condenada, la tonadillera pueda ser una noticia en todos los informativos es algo para hacérselo mirar. Comprendo mejor a los que fueron a verla. Los corruptos son siempre premiados.

Hace unos pocos días salió la sentencia del caso Puerto, y los implicados, Eufemiano Fuentes, en cabeza, recibieron un seudo castigo cómplice. Como muchos han dicho, estamos ante el mayor encubrimiento del dopaje generalizado en el deporte español que no ha merecido una reprimenda seria y que para mayor escándalo, la jueza ha mandado destruir las pruebas, es decir las bolsas de sangre. Ahí residía la clave del asunto, saber quienes eran los individuos que habían sido tratados por el equipo médico conseguidor de gestas con aditivos. Los guiñoles franceses tienen material para tirarse un trienio haciendo chistes. Y sale Rafael Nadal muy enfadado con la sentencia. Je, je, je.

El que fuera portavoz del gobierno de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, MAR para la historia, un tertuliano fuera de quicio tantas veces en los platós, ha sido pillado con una tasa de alcohol que supera en cuatro veces lo permitido. Lo pillaron porque estampó su coche de alta gama contra otros aparcados. Ha pedido perdón por lo bajini. Seguro que ni va a los tribunales. Algún fallo de forma encontrarán en la denuncia, o el medidor. Juegan con una impunidad muy asentada en el ordenamiento social. Con los borrachos siempre se tiene una comprensión desmesurada, ¿quién no se ha bebido dos copas de más y ha conducido?

La impunidad que se demuestra con la no-imputación de la esposa de Urdangarin. Una Borbón y de Grecia no puede estar imputada. Es una ley no escrita. Es una realidad, un compendio de motivaciones para descreer de todo lo que huela a justicia española. La inmensa mayoría de las informaciones de tribunales, son noticias con lato grado de toxicidad para la salud democrática.