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«En euskara se ha escrito mucho para convencer»

La escritura como estímulo de recuerdos previos al olvido y el sentimiento de culpa como pauta de conducta social, fueron los dos grandes ejes que centraron la presentación de la edición en castellano de «Martutene», la última novela de Ramón Saizarbitoria, quien tras comparecer ante los medios, mantuvo un coloquio con el público madrileño.

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Jaime IGLESIAS | MADRID

Avalada por el último premio de la Crítica a la mejor obra de narrativa en lengua vasca y también por el galardón de 2012 de 111 Akademia, «Martutene» (Erein), la última y ambiciosa obra de Ramón Saizarbitoria («un autor canónico de la literatura vasca» en palabras del editor Iñaki Aldekoa), fue presentada ayer en Madrid por el periodista Iñaki Gabilondo, quien confesó estar ante una de las novelas que más le habían impactado en los últimos años.

«Al principio `Martutene' iba a ser una novela breve, dinámica, pero me vi en la obligación de abrir el relato al peso social que ha tenido la violencia en nuestro país», dijo el autor durante la presentación a los medios, iniciando así un debate forzoso aunque no del todo deseado, ya que como el propio Saizarbitoria se encargó de precisar, en la novela la culpa en los personajes no viene dada por su posición ante la violencia. Pero para el escritor se trata de un escenario que «es inevitable abordar aunque sea como telón de fondo de la trama, si bien a veces estorba ya que la vocación pedagógica no es buena consejera de cara a hacer literatura». Incidiendo en esta idea, Ramón Saizarbitoria valoró que hasta hace bien poco «en euskara se ha escrito mucho para convencer, para decir al hermano que la violencia no es el camino. Vivíamos en una especie de despiste donde la lengua parecía condicionar el mensaje, de tal modo que escribir en euskara te legitimaba a hacer una crítica desde dentro, asumiendo una posición vasquista. Luego te das cuenta que esa es una perspectiva equivocada, porque al final vale lo que se dice y da igual en qué idioma se diga».

El periodista Iñaki Gabilondo quiso reconducir el debate hacia el ámbito puramente literario preguntando a Ramón Saizarbitoria hasta qué punto le genera frustración «tener que presentarse como cronista de una determinada realidad social antes que como escritor». «Es verdad que hay un cierto cansancio en torno a lo vasco, todo es muy complicado y todo te lleva a tener que dar explicaciones, algo normal en un país pequeño como el nuestro», contestó el autor quien justificó el título de su última novela en la idiosincrasia del barrio de Martutene donde conviven resquicios del viejo Donostia, con sus villas de recreo burguesas, con un desarrollo urbanístico más contemporáneo cuyo edificio para- digmático sería la cárcel «que funciona como metáfora de Donostia y de Euskadi en tanto lo asocio a un entorno que nos va aislando».

De este modo la incomunicación emerge como el gran tema de la narrativa de Saizarbitoria, según su editor Iñaki Aldekoa, «sobre todo en lo concerniente al retrato de las relaciones de pareja». Según su autor, «Martutene» es una novela donde dos parejas maduras instaladas en el tedio se ven sacudidas por la incursión en sus vidas de una joven socióloga norteamericana. Este planteamiento me permite indagar en las relaciones entre hombres y mujeres.

Presente, pasado y futuro

También se destacó la confrontación que en el libro se lleva a cabo sobre el pasado, presente y futuro de la propia ciudad de Donostia, si bien en dicha confrontación no hay demasiado margen para la melancolía como reconoció, desde su condición de lector, el periodista Iñaki Gabilondo: «En esta novela no solo están recogidos elementos del pasado, también de la Donostia actual que yo conozco y amo. La ciudad emerge como una suerte de barullo complejo y desconcertado donde la mayoría de sus habitantes están enterrando viejas banderas. Ese enfoque creo que hace de Martutene una obra muy donostiarra, muy vasca y, en última instancia, muy universal». «Fíjate si será universal que el último capítulo transcurre en Bilbo», apostilló irónicamente Ramón Saizarbitoria.

El escritor reconoce que tiene un público fiel aunque minoritario y es el que le empuja a mantener el impulso creativo «porque yo no concibo eso de escribir para uno mismo o de escribir por escribir». La única necesidad que reconoce es la de escribir para recordar con vistas a poder olvidar: «Hay gente que recuerda perfectamente historias del pasado, a mí me cuesta, entonces evoco sensaciones, imágenes que me lleven a recuperar la memoria de unos hechos a partir de un recuerdo aproximado, y como tal, imperfecto. Una vez he completado ese proceso, necesito olvidarme de lo que he escrito».

Para Ramón Saizarbitoria es importante ir quemando etapas como autor, de ahí su dificultad para traducirse a sí mismo al castellano: «Hace poco lo intenté con una novela que había escrito con menos de 30 años y en vez de traducirla me iba yendo a un texto nuevo, prueba no solo de mi propia evolución sino de la del euskara como lengua». Sobre el futuro literario del euskara, el escritor donostiarra precisó que «las lenguas pequeñas como la nuestra necesitan preguntarse por qué y para qué. A mí me gusta pensar que su uso genera un ejercicio de escritura más libre, alejado de los mercados y de los dineros, pero mucho me temo que peco de utópico en este sentido».

ETAPAS

Saizarbitoria cree necesario ir quemando sus etapas como escritor. Por eso le resulta tan dificil traducir al castellano sus textos escritos hace tiempo en euskara.

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