Como quien se retira a un lugar tranquilo y agradable a meditar, Osasuna se refugió ayer en su santuario, El Sadar, para lamer heridas y preparar a conciencia la final que le espera mañana en este mismo escenario. El encuentro frente al Getafe no son solo tres valiosísimos puntos, también la prueba del algodón de si este equipo está preparado para afrontar con garantías un final de Liga de una exigencia máxima en lo deportivo y en lo psicológico.

Ganar se antoja imprescindible a priori, pero las sensaciones que transmita el equipo a la grada van a ser, del mismo modo, un aspecto primordial para una parroquia que anda en horas bajas de autoestima y que necesita un chute de optimismo para, con su apoyo, llevar en volandas a la escuadra navarra, como ocurría en tiempos no tan lejanos. La conjura del vestuario, club y peñas va subiendo en intensidad, con la confianza de que todo finalice en fiesta contenida, previa a la disputa de las otras tres finales restantes.

Esa situación, a caballo entre la tensión y la esperanza, se palpa en la calle, como reconoció Oier, a quien le ha tocado a marchas forzadas madurar y asumir responsabilidades en la plantilla. «Percibimos lo que hay en juego, por eso lo vamos a dar todo, nosotros en el campo y la afición, en la grada. Es un partido para quien tenga carácter y valor, cualquiera no puede saltar al campo», explicó.

El rojillo remarcó lo que ya han manifestado sus compañeros a lo largo de la semana, que al Getafe hay que ganarle «sí o sí», como primer peldaño de un mini calendario con «partidos difíciles», pero en el que «a todo el mundo le cuesta ganar». «No podemos fallar en casa ni perder en Granada», se marcó como objetivos Oier.

El lizartarra admitió que, tras la goleada de Mestalla, reinó «cierto pesimismo» en el seno del plantel, pero también un sentimiento «de llegar cuanto antes al partido contra el Getafe para resacirnos y retomar la senda del triunfo». Una coyuntura, la de estos dos últimos meses, que lógicamente está haciendo mella en los jugadores. «Cuesta todo, incluso conciliar el sueño», asintió.

Puntos perdidos y árbitros

A Oier se le recordaron unos cuantos factores que han llevado al cuadro rojillo a la actual situación. Para empezar, las propias carencias del equipo. El polivalente futbolista no tuvo pelos en la lengua: «Nos faltan cosas, no tenemos toda la calidad necesaria y hemos protagonizado bastantes despistes defensivos, es una temporada mediocre, pero creo que hemos hecho suficiente para mantenernos en Primera», matizó.

También se refirió a unos cuantos puntos perdidos en los últimos minutos y algunas actuaciones arbitrales contrarias. «Me acuerdo de unos cuantos partidos, como el de Getafe o el de Mallorca, o que entre los meses de diciembre y enero nos vimos perjudicados por los colegiados. No me gusta criticarles porque tienen un trabajo difícil», aclaró.