Obituario | alfredo landa
El «landismo» que ocultaba a un actor de extremos
Nacimiento: Iruñea, 1933. > Profesión: Actor. > Reconocimientos: Tras una larga carrera en el cine de destape, su participación en en películas como «El bosque animado», «La marrana», «Luz de domingo» o «Los santos inocentes» le reportaron numerosos premios. Por «Los santos inocentes» fue mejor interpretación masculina protagonista en el Festival de Cannes.
GARA |
Si hay que morirse pues se muere uno, que ya he vivido lo mío. Mi vida ha sido cojonuda. En algún momento tiene que acabar», decía Alfredo Landa en su polémica biografía «Alfredo el grande», escrita por Marcos Ordóñez en 2008. Actor fetiche del cine más «casposo» de los años 60 y 70, el de destape, muy conservador en sus opiniones y extremo en sus declaraciones, demostró también su gran calidad en filmes de culto como «Los santos inocentes».
Hijo de un capitán de la Guardia Civil e iruindarra de nacimiento, pasó su adolescencia en Donostia y se fue a probar suerte a Madrid cuando decidió dejar sus estudios de derecho para dedicarse a la interpretación, después de haber probado los escenarios en obras teatrales de la universidad. «Yo avisé a mi madre -solía contar-: `Mamá, si no me dejas irme, me quedo y acabo la carrera; pero si a los 40 años soy un infeliz, te echaré la culpa a ti'. Y ahí se acabó la discusión. Me dijo: `Vete'. Tardé una semana en meterme en un Expreso a Madrid».
Dio el salto al cine al ser descubierto por los directores José María Forqué y Pedro Masó mientras actuaba en el Teatro María Guerrero. Su debut fue de la mano de Forqué en la cinta «Atraco a las tres» junto a José Luis López Vázquez y Gracita Morales. Ya en los setenta llegó a poner nombre a una etapa de un cine cutre, del destapa, un subgénero que se llamó «landismo», en películas que retrataban a un prototipo de hombre español machista, fanfarrón y reprimido. Participó en films como «No desearás al vecino del quinto» y «Cateto a Babor» (Ramón Fernández, 1970) o «Vente a Alemania, Pepe» (Pedro Lazaga, 1971). Hombre de ideas conservadoras, nunca renegó del género. «Yo no creé esa palabra, pero estoy agradecidísimo al tío que la creó. El `landismo' ha marcado y, aunque muchos se han referido a él peyorativamente, hoy se habla de él como un fenómeno de la sociedad».
Bajo aquel personaje había un actor de primera, como se demostró cuando se decidió (o le permitieron) a hacer buenas películas. El mayor reconocimiento lo obtuvo gracias a la excelente «Los santos inocentes» (Mario Camus, 1984) al recibir en el Festival de Cannes el premio a mejor interpretación masculina (compartido con Paco Rabal). Tras él llegaron otros como el Goya a mejor actor gracias a dos películas dirigidas por Jose Luis Cuerda: «El bosque animado» (1987) y «La marrana» (1992).
En 2007 recibió el Goya de Honor a su carrera, y fue entonces cuando quedó en evidencia lo delicado de su salud. Emocionado, estuvo balbuceando durante varios minutos. Tras ese incidente, el actor decidió retirarse del cine. El incidente de los Goya fue doblemente agridulce porque José Luis Garci se negó a entregarle el premio, después de haberse enemistado con el actor durante el rodaje de «Luz de domingo», la última película en la que participó (juntos rodaron seis títulos). Ambos se reconciliaron un año después.
Pero este desencuentro no fue el único. En su biografía se despachó a gusto con varios de sus colegas de profesión. Hizo insinuaciones de invitaciones a camas redondas del productor Alfredo Matas y la actriz Amparo Soler Leal; realizó duros comentarios sobre Tony Leblanc, Gracita Morales, Josele Román o José Luis López Vázquez (al que apodó « `El Morito', por cómo robaba los papeles»); y acusó de trapicheos en el premio que compartió con Paco Rabal.
La presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina mostró ayer su reconocimiento al actor por llevar el nombre de Nafarroa con «orgullo y ejemplaridad». Landa había recibido el premio Príncipe de Viana a la Cultura en 2008. El PP navarro planteó también ayer dar su nombre a la sala principal del Baluarte.