La ONU pidió ayer a las firmas internacionales de ropa que mejoren las condiciones de los millones de empleados que tienen en Bangladesh, cuando se cumplían quince días del derrumbe de un complejo textil en el que el número de muertos se acerca al millar (940, según el último balance) y coincidiendo con un nuevo incendio en un taller que se saldó con ocho fallecidos.

«Las firmas internacionales que producen en Bangladesh tienen la responsabilidad de proteger los derechos humanos» de sus trabajadores, dijo Pavel Sulyandziga, que dirige actualmente uno de los grupos de la ONU sobre los derechos laborales y humanos.

Aseguró que los productores que operan en Bangladesh tienen la obligación de «ejercer su influencia como compradores de estas manufacturas» para promover un cambio en las condiciones laborales de los trabajadores de Balngladesh, el país del mundo con costes más baratos de producción en la industria textil.

Pero la tragedia del edificio Rana Plaza en Savar ha evidenciado las malas condiciones laborales y de seguridad que sufren los trabajadores de fábri- cas textiles en el país asiático, que abastecen a las grandes multinacionales occidentales.

El experto de la ONU señaló que varias de las fábricas que operaban en el edificio que se derrumbó al parecer habían sido auditadas en el pasado y que, sin embargo, estas auditorías habían excluido por completo los problemas estructurales del edificio. Según la Policía, un día antes de la tragedia aparecieron numerosas grietas en el inmueble.

Desde entonces, el Ejército y los equipos de rescate recuperan a diario decenas de cadáveres entre los escombros, donde se ocultan aún un número indeterminado de cuerpos.

El Gobierno bangladeshí anunció el miércoles que ha clausurado provisionalmente 18 fábricas textiles por motivos de seguridad desde que ocurrió la tragedia. También está llevando a cabo inspecciones la Asociación de Manufactureros y Exportadores de Artículos de Punto, que por su parte ha ordenado clausurar ocho fábricas que serán sometidas a un plan de supervisión técnica.

En el último medio año se han registrado cuatro graves siniestros mortales en Bangladesh en fábricas del sector, el último de ellos un incendio ocurrido en la madrugada de ayer en un taller textil en el barrio de Dacca que causó la muerte a ocho personas.

Los investigadores trataban ayer de determinar el origen del fuego, que comenzó a las 23.00 (hora local). Los trabajadores habían salido horas antes y en ese momento solo había personal de confianza en el lugar, donde se celebraba una reunión. Al parecer las víctimas murieron por asfixia debido al humo tóxico que se desprendía de la ropa quemada, de material acrílico.