Bilbo acogió ayer la presentación de la campaña «Cortocircuito», una iniciativa de Veterinarios Sin Fronteras (VSF) Justicia Alimentaria Global, para que el sector público destine entre los 2.000 y 3.000 millones a compras alimentarias para colegios, hospitales, centros penitenciarios y bancos de alimento a los agricultores y ganaderos más cercanos. Ese cambio de criterio permitiría un impulso del sector, más sano y garantizaría el empleo y la renovación del sector.

EHNE Bizkaia, COAG, la Confederación de Padres y Madres de los Centros Públicos de Enseñanza (EHIGE) y organizaciones de consumidores reconocen el beneficio directo de la campaña. Como explicó Javier Guzmán, de VSF, «si cambiamos la opción de compra, el efecto sobre el empleo directo en el sector primario es directo, pero lleva aparejado una mejora de la calidad alimentaria».

Oferció un dato importante, que en el Estado español «solo se benefician un 3% de agricultores y ganaderos de estos circuitos de proximidad, que están en auge, pero en el Estado francés se eleva al 20%».

Guzmán remarcó que «la transformación de la agricultura, a través de proceso de industrialización, ha conducido a la privatización y concentración en pocas manos de las vigas maestras de la alimentación: las semillas, la tierra y el agua».

En concreto, dio un dato revelador: «las empresas de catering concentran el 70% de las comidas y solo dos multinacionales sirven 240.000 comidas diarias en el Estado español. Confían sus compras a grandes mayoristas, que no miden la calidad, sino la cantidad de beneficios».

Por eso, EHNE Bizkaia y COAG, como explicó Andoni García, indicó que «es problema de voluntad política cambiar hacia un modelo de agricultura de cercanía, sostenible y que alimente con productos de calidad a la sociedad». Por su parte, Isa Álvarez llamó a convertir la alimentación en un derecho» y Lourdes Imaz, de EHIGE, invitó a utilizar esa «vía más sana, sostenible y que mejorará las condiciones de los agricultores».

El estudio de VSF confirma que en el Estado español «se importan cada día 330.000 kilos de carne de pollo y se exportan 205.000 kilos» y denuncia que «el comercio internacional de alimentos ha aumentado un 184%, mientras que la producción solo un 84%».