En Oklahoma se estarán acordando del segundo partido de la serie de play offs contra los Houston Rockets. El base Patrick Beverley, en su afán por robar un balón imposible a Russel Westbrook, cometía una dura falta sobre el base de los Thunder, provocándole además un desgarro en el menisco lateral de su rodilla derecha. Ese accidente, amén de exaltar los ánimos de los exaltados, que llegaron a amenazar de muerte a Beverley, dejaba solo -dentro de lo que cabe- a Kevin Durant como líder anotador al frente del líder de la Conferencia Oeste.

Aprovechando la coyuntura, los Memphis Grizzlies han sometido a una defensa agobiante a la estrella de los Thunder, que aunque respondía rozando siempre el «triple doble» -21 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias en el último encuentro-, pagaba ese sobreesfuerzo en los últimos minutos de cada partido, errando tiros a la postre decisivos. He ahí el antídoto frente al veneno de Durantula, de forma que los Memphis Grizzlies, tras imponerse por 84-88 en el quinto partido de su serie, elevaban el 1-4 y se plantan por primera vez en su historia en la final de la Conferencia Oeste.

No obstante, Oklahoma se resistió a caer. De inicio, Zach Randolph -logró 28 puntos y 14 rebotes-, martirizó a los Thunder, tomando el relevo de un timorato Marc Gasol, llevando a los «ositos» a irse al descanso con 12 puntos de ventaja: 38-50.

Pero cuando nadie se lo esperaba, le salieron aliados a Durant. Serge Ibaka -17 puntos y 8 rebotes, aunque eliminado por faltas-, y sobre todo Reggie Jackson -16 puntos, 9 rechaces y 5 asistencias-, tiraron de orgullo para limar la diferencia hasta quedarse con un 62-64 al final del tercer período.

El cansancio volvía a hacer mella en Oklahoma, y un triple de Pondexter cerraba un parcial de 2-10 de Memphis para poner el 64-74. Fue entonces cuando a los Grizzlies se les notaron los nervios y la inexperiencia, y se dejaron remontar hasta que, al fin, Marc Gasol pareció poner la puntilla con seis puntos seguidos: 79-85. Los Thunder aún tuvieron una opción, con una canasta de dos de Durant, un triple de Jackson y dos tiros libres errados de Randolph. Con 84-86 a escasos segundos, Durantula por fin lanzó libre de marca, pero el agotamiento físico le impidió precisar. Tony Allen agarró el rebote y sus tiros libres sentenciaron el duelo.

Con todo, pese al innegable éxito de los Grizzlies, sus jugadores quieren más. Como botón de muestra, las palabras de Marc Gasol. «Sepan ustedes que soy muy fan de Tarantino, y recordarán las palabras del «Señor Lobo», que no voy a reproducir. No podemos quedarnos a contemplar lo que hemos hecho», advertía el pívot catalán.

Chicago cae, pero con dignidad

Mientras, en la semifinal de la Conferencia Este Miami Heat establecía el definitivo 4-1 al derrotar por 94-91 a los Chicago Bulls. La franquicia de Illinois, pese a las bajas de Rose, Hinrich y Luol Deng, metieron el miedo en el cuerpo a los beach boys.

El «resucitado» Nate Robinson compensó sus cero puntos del cuarto partido sumando 21 tantos y 6 asistencias, pero ante todo destacó Carlos Boozer, con 26 puntos y 14 rebotes. LeBron James debió rozar el «triple doble» -23 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes- para, con los reservas Shane Battier y Norris Cole, remontar un 69-77 adverso.

Los Heat, con 15 puntos desde el banquillo, le dieron la vuelta a un partido que se les envenenaba por momentos, firmando un 25-14 en el último cuarto. Con todo, los Bulls tuvieron una última opción para empatar, pero dudaron demasiado en lanzar de tres y el intento final de Butler pegó el tablero. Miami espera a Indiana o Nueva York.