Consciente de sus limitaciones como guionista o narrador, Rob Zombie se ha concentrado en lo que mejor controla, que es el espectáculo audiovisual. La imagen y el sonido están más cuidados que nunca en «The Lords of Salem», a pesar de tratarse de una película de bajo presupuesto producida por los especialistas en rebajas Jason Blum y Oren Peli.

Utiliza el formato panorámico para ilustrar escenas oníricas de composición pictórica, con un climax inspirado en los cuadros de El Bosco. Eso hace que la película no sea tan terrorífica como otras suyas, y sí más simbolista.

El disco maldito

La protagonista, interpretada por la mujer de Zombie, es una DJ de una emisora radiofónica a la que le llega un disco con sonidos malditos, que despertará los fantasmas de la vieja aldea de Salem envuelta en procesos de brujería. Toda la iconografía resultante es un despliegue de rituales paganos, consistente en la inversión de la liturgia del cristianismo puritano.