«Ali» es una fresca e incorrecta comedia indie, que confirma la pujanza del nuevo cine andaluz
Premiada en Málaga y Ourense, la ópera prima de Paco R. Baños supone otra grata sorpresa de un joven cine andaluz que no para de crecer. Es una comedia indie llena de descaro juvenil, a la vez que entrañable.Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
La comedia indie en los Estados Unidos cuenta con la ventaja de que tiene como escaparate el Festival de Sundance, donde los estudios compran los derechos de distribución de esas películas de bajo presupuesto. Por el contrario, en el Estado español no existe un canal para este tipo de productos. De poco le ha servido a «Ali» ganar en el Festival de Málaga el Premio Asecan a la Mejor Ópera Prima, ya que Paco R. Baños y su película siguen siendo unos perfectos desconocidos.
Tampoco el triunfo en el Festival de Cine Internacional de Ourense le ha reportado un mayor eco, y eso que se llevó los Premios del Público, Mejor Director y Mejor Actriz. Esperemos, que las buenas críticas y las recomendaciones de los primeros espectadores la aupen al lugar que se merece.
Juno y Amelie
La joven protagonista, que se llama Ali como ya anuncia el título, es un tipo de personaje que ha sido comparado con los de «Juno» y «Amelie». No niego que no podría pasar por la Juno o la Amelie sevillanas, pero la película de Paco R. Baños reúne la peculiaridad de moverse dentro de un contexto mucho más marcadamente costumbrista.
Ali trabaja en un supermercado como cajera y chica para todo, y a simple vista da la impresión de ser todavía una adolescente. No porque sea inmadura, sino porque para una joven de 18 años hoy en día es muy difícil encontrar la emancipación en todos los sentidos.
Ali se enfrenta a esas limitaciones con un descaro y un cinismo muy de estos tiempos. No tiene ningún reparo en vender bajo manga alcohol a menores, siempre y cuando éstos le paguen una cantidad mayor que el precio de venta al público. Su incorrección es palpable, ya que fuma como un carretero, toda una provocación en las censuradas pantallas actuales.
Capítulo aparte merece la relación de la protagonista con su madre, con la que tiene que hacer de madre. Verónica Forqué está genial en ese papel de mujer inestable, que sufre constantes depresiones por culpa de sus amoríos, cambiando de compañía sin encontrar nunca una definitiva.
Tal vez por ello Ali no quiere caer en la dependencia romántica y se resiste a reconocer que su compañero de trabajo Julio le gusta. Se pasa la película dándole largas al pobre chico, hasta que un final, con incendio fuera de campo, aviva un poco el fuego y queda abierto a un posible emparejamiento.
Mientras no se llega al desenlace, Ali se muestra más proclive al sexo ocasional. Va más con su ensimismamiento, con el grado de somnolencia que le produce el tabaco, y que le hace ver el pequeño universo cotidiano del supermercado con una mirada ensoñadora. Hay momentos que parece vivir dentro de un anuncio, como cuando el velero que sirve de promoción a las conservas de bonito y demás surca entre los pasillos. Igual de surrealista resulta el vecino al que da vida Julián Villagrán, armado de paciencia para enseñarle a conducir.
Dirección: Paco R. Baños.
Guión: Paco R. Baños y Rafael Cobos. Producción: Álvaro Alonso. Intérpretes: Nadia de Santiago, Verónica Forqué, Adrián Lamana, Julián Villagrán.
Fotografía: Álvaro Gutiérrez. Música: Julio de la Rosa. País: Estado español. 2012.
Duración: 87 minutos.
Dirección y Producción: Dácil Pérez de Guzmán.
Intérpretes: Carmen Sánchez, Julieta Serrano, Antonio Dechent, Eduardo Velasco.
País: Estado español. 2012. Duración: 86 minutos.