Obama destituye al responsable de impuestos tras el escándalo del IRS
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tomó el miércoles su primera medida ante el escándalo del Servicio Interno de Impuestos (IRS) al permitir la renuncia del jefe de la agencia, Steven Miller, un paso aplaudido por algunos senadores y congresistas republicanos.
GARA | WASHINGTON
El anuncio es el primer paso tomado directamente por el presidente estadounidense ante la revelación de que el IRS, la entidad recaudadora de impuestos en EEUU, hizo un excesivo escrutinio a grupos de tendencia conservadora, tras las investigaciones lanzadas por el Departamento de Justicia y el FBI.
«Es inexcusable. El pueblo estadounidense tiene derecho estar enfadado, y yo estoy enfadado», remarcó Barack Obama en una declaración en la Casa Blanca, justo después de reunirse con el secretario del Tesoro, Jack Lew, y otros funcionarios de esa agencia para analizar el informe del Inspector General del IRS que destapó las prácticas.
Por instrucción del presidente, Lew solicitó y «aceptó» la renuncia del comisionado interino del IRS, Steven Miller, que dirigía de facto la entidad desde noviembre del año pasado y que, según medios estadounidenses, conocía las prácticas desde mayo de 2012.
El propio Miller confirmó, en un mensaje a sus empleados, que abandonará su cargo «a principios de junio» porque «hay una necesidad fuerte e inmediata de restaurar la confianza pública en la agencia de impuestos del país».
De acuerdo con Obama, la medida estará acompañada de «nuevas iniciativas de prevención para asegurarnos de que este tipo de comportamiento no pueda volver a ocurrir» y de la orden de «implementar de inmediato» las recomendaciones del informe. «Todos creemos que lo revelado en el informe es indignante. La buena noticia es que puede arreglarse. Y nos interesa a todos trabajar juntos para arreglarlo» manifestó en referencia al Congreso, que ha programado varias audiencias sobre el asunto. La respuesta inmediata de uno de los líderes en esa investigación, el republicano Darrell Issa, fue positiva.
«Es un primer paso extraordinariamente bueno. Le tomamos la palabra de que quiere ser abierto y transparente», dijo el presidente del comité de Supervisión del Gobierno en la Cámara de Representantes.
En la misma línea reaccionó el líder del grupo republicano en el Senado, Mitch McConnell, que advirtió que si Obama está «tan preocupado por esto como dice, debe trabajar de forma transparente con el Congreso, sin bloquear el acceso a nada, sin dar medias respuestas, sin retener a testigos» para las audiencias.
Más crítico se mostró el presidente del partido republicano, Reince Priebus, para quien «simplemente permitir la renuncia» de Miller «no es suficiente».
«Las filtraciones relacionadas con seguridad nacional pueden poner a personas en riesgo, por lo que no voy a pedir perdón», afirmó ayer Obama, que expresó su total confianza en el fiscal general, Eric Holder, por la investigación abierta por el Departamento de Justicia sobre los registros de llamadas de la agencia AP.