El secretario general adjunto de Hizbullah, Naim Qassem, aseguró que el partido de la resistencia libanesa «no permanecerá indiferente frente al complot mundial contra Damasco».

Qassem señaló que la crisis política en Siria «no tiene nada que ver con el islam ni con las reivindicaciones reformistas». «Se trata de un método para dañar la resistencia frente a Israel. Si no, la oposición aceptaría reunirse en la mesa de negociaciones para solucionar sus diferencias y satisfacer las necesidades populares», remarcó.

Una fuente que se identificó como próxima al Partido de Dios cifró en 78 los milicianos de Hizbullah muertos desde el inicio, hace unos meses, de su participación en la crisis siria. El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos los cifró en 104 muertos. Hizbullah reaccionó señalando que «cuando decidamos dar cifras llamaremos a la prensa para comunicarlas».

Seis libaneses han muerto en las últimas horas en enfrentamientos sectarios relacionados con la crisis siria en Trípoli, lo que eleva a 17 las víctimas mortales en los últimos cuatro días. La ciudad, con una importante población suní, es parcialmente hostil a Damasco. Mientras tanto, y con el trasfondo de la ofensiva gubernamental aún inacabada sobre Qusseir, tanto los llamados «Amigos de Siria» como su protegida oposición siria en el exilio ultiman sus posiciones en torno a la Conferencia Internacional sobre Siria.

Mientras el dimisionario jefe de la Coalición Nacional opositora, Moaz al-Jatib, proponía por primera vez un salvoconducto para Al-Assad y 500 miembros de su entorno, Alemania advertía de que Damasco ha recuperado totalmente la iniciativa militar.