Cuanto mayor es el éxito de una red social, mayor es el interés que esta suscita entre los llamados ciberdelincuentes. Considerada como la red social más utilizada, Twitter está sumida en una constante preocupación por cuidar al detalle todo lo concerniente a su seguridad. El robo de datos e identidades, el acoso o un tuit falso, pueden desencadenar una sucesión de episodios difícilmente previsibles. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana un problema en el entramado de seguridad de la compañía de microbloggin provocó el robo de información de 250.000 usuarios y un ciberataque que tuvo como objetivos algunos grandes grupos mediáticos.

Transformada en una moderna y paranoica Troya y obligada a permanecer en vilo para impedir que un inoportuno Caballo se cuele entre sus murallas virtuales, el gigante Twitter se ha visto en la obligación de adoptar una serie de medidas preventivas para reforzar su cuestionada seguridad. Por un lado, han anunciado la contratación de nuevos programadores expertos en seguridad informática y, además, la puesta en marcha de un nuevo modelo para acceder a nuestras cuentas. Dicha medida consistirá en una verificación mediante dos pasos. Además de introducir su contraseña, el usuario recibirá a través de su correo electrónico o de su teléfono un código que deberá incluir para poder acceder a su cuenta particular.

Este sistema no es novedoso, Google y diversas entidades bancarias utilizan esta fórmula que, según muchos expertos, figura entre las modalidades más solventes para poder verificar la identidad verdadera. En relación a este tema, Jim O'Leary -responsable de seguridad de Twitter-, ha advertido que «incluso con esta opción de seguridad habilitada, es importante que los clientes usen una contraseña segura y sigan el resto de recomendaciones para que su cuenta permanezca segura».