Raimundo Fitero
Sospechoso
La verdad es que pertenecer al grupo Planeta, dueño de La Razón, por ejemplo, y poder expresarse como lo hacen en «Salvados», «El Intermedio», y en algún tramo de algún programa de debates, parece contradictorio. Lo cierto es que les está resultando rentable, en el sentido de que están convirtiéndose en programas de éxito de audiencia, lo que viene a señalar la existencia de una población que busca ese mínimo alivio. Por eso los problemas técnicos siempre serán sospechosos. Si La Sexta, y algún espacio de Cuatro, no mantienen este espíritu de cuestionamiento débil de la realidad política y social, no habría escapatoria posible. Quizás sean simples placebos.
Por cierto en «El Intermedio» metieron la pata de manera estrepitosa con un reportaje sobre un caso de una mujer emigrante tratada en un hospital valenciano, que dijeron que la sacaron sin completar tratamiento tras una delicada operación en la cabeza, por no tener tarjeta médica. Y no era exactamente así. Rectificaron. Y rectificaron de manera completa. De principio a fin, sin perder el respeto, con la intervención del médico responsable de la operación, pero sin apartarse del tono jocoso.
Un buen ejercicio profesional. Dota de mayor credibilidad rectificar públicamente cuando se comete un error de esta gravedad. Se pasan unos minutos con la cara roja, pero se queda el futuro despejado para poder ser un sospechoso habitual.