Prima la tesis del «lobo solitario» en la muerte del soldado en Londres
El modo de actuar, la puesta en escena y la ausencia de huida hace primar la tesis de que el apuñalamiento de un soldado británico en Londres fue obra de «lobos solitarios», sin conexión con una organización. Aunque ayer hubo otras dos detenciones relacionadas y la Policía investiga la relación de los sospechosos con grupos islamistas, expertos en defensa ven más bien un ataque al azar con fines políticos.
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Aunque la investigación sobre el apuñalamiento de un soldado en Londres el pasado miércoles acaba de comenzar, los especialistas dudan de que los autores sean algo más que «lobos solitarios» fanatizados por la propaganda del jihadismo.
Los dos sospechosos fueron detenidos y hospitalizados tras resultar heridos por disparos de la Policía. Ayer la Policía británica anunció la detención de otras dos personas, un hombre y una mujer de 29 años.
La víctima del atentado es Lee Rigby, un joven de 25 años que trabajaba como tamborilero en el Regimiento Real de Fusileros, según el Ministerio de Defensa, y que sirvió en Afganistán en 2009.
Los detenidos el miércoles serían británicos de origen nigeriano y el nombre de uno de ellos, según la BBC, es Michael Adebolajo, de 28 años y convertido al Islam, cuyo domicilio en Lincolnshire fue registrado por la policía.
Fuentes del Gobierno dijeron a la BBC que eran conocidos por los servicios de seguridad británicos y que uno de ellos fue interceptado por la policía el pasado año cuando abandonaba Gran Bretaña.
Los servicios de seguridad británicos examinaban supuestos vínculos del hombre con el grupo musulmán Al Muhajirun, prohibido tras los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, así como el hecho de que cambiara su nombre a «Mujaahid», que significa «el que se involucra con la Jihad».
Difíciles de detectar
Sin datos oficiales, los expertos se fijaron en el modo de operar, sus declaraciones a un vídeo, su preocupación por la puesta en escena y la publicidad o su aspiración al martirio para estimar que se trata de «lobos solitarios», que actuarían al margen de cualquier organización. «Son estos lobos solitarios los que van a impedir a las fuerzas de seguridad dormir por la noche» predecía el año pasado Margaret Gilmore, especialista del Royal United Services Institute.
También entonces el responsable del MI5 (servicio de espionaje interior), Jonathan Evans, advertía seriamente del peligro de estos actores aislados, particularmente difíciles de detectar cuando usan armas rudimentarias -el miércoles fueron un cuchillo y un pequeño machete-, no pertenecen a una red y no han participado en entrenamientos en el extranjero.
Así, subrayan los paralelismos con Moahemd Merah, autor de la matanza en Toulouse el año pasado, con actuaciones guiadas por el azar, pero con un objetivo político. El primer ministro, David Cameron, presidió una reunión del comité de emergencias Cobra del Gobierno británico, con varios ministros y el alcalde de Londres, Boris Johnson, así como los jefes de la Policía y del MI5. Tras la misma, subrayó que el crimen es «una traición al Islam» y que «la mejor manera de combatir el terrorismo es mantener la normalidad».
Ataques a musulmanes
Cameron se esforzó por mantener un sentimiento de unidad nacional cuando ya se han registrado ataques a dos mezquitas en Inglaterra y una manifestación del grupo de extrema derecha English Defense League (EDL) en contra de los musulmanes. «Quienes cometieron esto intentaron dividirnos. Pero deben saber que algo así solo nos unirá y nos hará más fuertes», insistió el «premier», quien recordó que las organizaciones islámicas han condenado en bloque el ataque.
Anjem Choudary, el líder del ilegalizado Al Muhajirun aseguró que «yo no estoy en la situación de condenar o condonar. Creo que si alguien tiene que ser condenado es el Gobierno británico y su política exterior. Está claro que esa es la causa», aseguró Chouadry, que negó que Adebolajo fuera un afiliado a su organización.
1.200 agentes de policía adicionales patrullan las calles de Londres en emplazamientos como lugares religiosos -ha habido ataques a mezquitas-, transportes públicos y zonas especialmente concurridas, para «tranquilizar a la gente», según anunció Scotland Yard.
En un discurso en la Universidad de Defensa Nacional en el que definió su «política antiterrorista», el presidente de EEUU, Barack Obama, señaló que «el futuro del terrorismo son extremistas de cosecha propia», en referencia a ciudadanos estadounidenses, y advirtió de que una guerra «perpetua contra el terrorismo», sin una estrategia que reduciría el extremismo en sus orígenes, estaría perdida de antemano. Por otra parte, anunció el levantamiento de la moratoria para transferir presos de Guantánamo a Yemen, urgió al Congreso a suprimir las restricciones a las demás transferencias y anunció que nombrará un nuevo enviado especial para el cierre de esa cárcel. «No hay ninguna justificación más allá de las políticas del Congreso para impedir el cierre de un centro que nunca debió haber sido abierto», sostuvo el presidente. Pero la réplica se la dio una conocida militante del grupo pacifista CodePink, quien le exigió repetidamente el cierre inmediato del penal. «¡Puedes cerrar Guantánamo hoy!», gritó a Obama la manifestante, Medea Benjamin. Aunque visiblemente molesto, Obama permitió que la activista continuase interrumpiéndole, y aprovechó el incidente para afirmar que «vale la pena escuchar la voz de esa mujer», pues se trata de «asuntos muy difíciles».
Por otro lado, el presidente de EEUU defendió el uso de vehículos no tripulados (drones) para matar supuestos líderes jihadistas en Yemen o Pakistán e incluso ciudadanos estadounidenses sin ningún juicio previo. «Cuando un ciudadano estadounidense viaja al extranjero a iniciar una guerra contra EEUU y actúa de forma activa para matar a ciudadanos estadounidenses, y ni EEUU o nuestros socios pueden capturarle, la ciudadanía no puede servir como escudo», dijo. GARA
