Remiso a realizar declaraciones públicas hasta no recibir la notificación pertinente de la denuncia de la denominada Comisión Antiviolencia, el presidente rojillo, Miguel Archanco, sí que negó a GARA los hechos que se le imputan. «Es rotundamente falso que hubiese cogido o agarrado a ningún policía por el brazo», esgrimió el presidente rojillo a este periódico.

A la espera del contenido de dicha comunicación, que fue filtrado por fuentes policiales a un medio navarro, el máximo mandatario de Osasuna se mostró cauto, pero también confiado en su inocencia. «Bajé al lugar de los hechos con las mejores intenciones del mundo, mi único propósito era mediar para que no se produjesen males mayores en un acto que se pretendía fuese festivo y de recibimiento al equipo», recordó.

Muy al contrario, el trato que recibió por parte de los agentes no fue el más correcto. Uno de ellos se dirigió en términos «irreproducibles y poco adecuados hacia la figura del presidente de Osasuna», si bien posteriormente «se me trasladaron disculpas al respecto» por parte del responsable del dispositivo policial, de ahí que el hecho «esté ya olvidado». Es por ello que Archanco no pudo ocultar su extrañeza por el procedimiento sancionador que presumiblemente se le quiere abrir.

Máxime cuando quien ocupa el sillón presidencial mantuvo apenas quince días después una reunión -en la que se habló como es habitual de las medidas de seguridad ante la celebración de un encuentro, en este caso la visita del Sevilla- con un mando policial que no le comentó nada sobre su posible imputación.

Miranda, en 2003

Si la propuesta de Antiviolencia acaba confirmándose, Archanco tendría que hacer frente a una sanción que le impediría acceder a cualquier recinto deportivo durante medio año, además de tener que abonar una multa por importe de 3.001 euros.

No es la primera vez que le ocurre algo similar a un presidente de Osasuna. En 2003, Enrique Miranda fue llevado a juicio y posteriormente multado, previa visita a altas horas de la madrugada a su domicilio para comunicarle una denuncia por haberse encarado con varios agentes que hostigaban a aficionados a la entrada de un derbi contra la Real.