El último partido de la temporada en Mendizorrotza (19.00) tendrá aroma a futuro. Será una final pero también un inicio. Y es que los dos encuentros que enfrentarán a Alavés y Tenerife dirimirán cuál de los dos concluye la campaña con el título honorífico de campeón de Segunda B, pero también supondrá un avance de lo que les espera a partir de agosto, en una nueva categoría que ambos compartirán tras haber logrado el ascenso la semana pasada en la eliminatoria de campeones.

Los dos equipos afrontan la cita con ilusión, como es lógico, pero también con tranquilidad. El objetivo de la temporada ya se ha conseguido... y celebrado, con lo que ambos llegan, al menos a este partido de ida, con cierta relajación competitiva y con probable factura que pagar por las celebraciones de los últimos días. De hecho, tanto Natxo González como Álvaro Cervera han dejado vislumbrar que hoy saltarán al césped los hombres que menos protagonismo han tenido estos meses. Tampoco es que tenga demasiado donde elegir el técnico albiazul. Con las bajas de Miki, Javi Hernández -ambos lesionados- y Juanje, que sigue acompañando a su hija recién nacida, apenas podrá realizar un descarte para completar la convocatoria. La de Suso Santana será la única baja por parte del Tenerife, que saltará al verde gasteiztarra con un once en el que la del guardameta Roberto será prácticamente la única presencia habitual.

Actos

El Alavés, por otro lado, ha organizado una serie de actos para homenajear a sus campeones. Para empezar, y en colaboración con Hazi, realizará una degustación popular de una hamburguesa gigante -con intento de récord incluído- a partir de las 18.00 entre los frontones Jai Alai y el estadio.

Además, en las cuatro tribunas se instalarán photocalls conmemorativos y, por último, al terreno de juego saltará una representación de las categorías inferiores, la escuela de fútbol y los clubes convenidos.