EH Bildu pidió ayer la paralización del proyecto de línea de alta tensión entre Itsaso y Deikaztelu, al tiempo que opinó que «también en materia medioambiental y energética resulta totalmente necesario el respeto a la palabra de la ciudadanía vasca». En su opinión, frente a la imposición de infraestructuras, en este caso energéticas, es necesario afrontar un debate en profundidad sobre las necesidades reales del país.

La coalición abertzale criticó en una rueda de prensa en Donostia la futura línea de alta tensión entre la localidad guipuzcoana y la navarra, que, a su juicio, pone en evidencia «la imposición de proyectos energéticos impulsados y auspiciados por aquellos que defienden un modelo de país obsoleto, nada democrático, contaminante y perjudicial para la salud».

Para EH Bildu, esta línea de 400 kV fue proyectada por Red Eléctrica Española (REE) bajo planificaciones «que decían que la economía seguiría creciendo incesantemente. Auténtica ciencia ficción hoy en día».

Explicaron que se suman a la petición realizada ya por 206 ayuntamientos y concejos «de todos los colores políticos» para frenar este proyecto. También apoyan las consultas populares convocadas en Zerain, Mutiloa y Gabiria para el domingo 16 de junio, cuando los ciudadanos podrán dar «su opinión sobre este proyecto que condiciona su salud y sus vidas».

Por las renovables

EH Bildu insistió en reclamar la puesta en marcha de un debate sobre «la política energética» que se quiere desarrollar en «Euskal Herria en parámetros de descentralización, soberanía y energías renovables». Su apuesta, y así lo remarcaron en su reflexión, es avanzar «hacia un escenario 100% renovable, que además de conllevar un impacto ambiental mucho menor, tiene la posibilidad de acercar la producción y el consumo eléctrico, lo que nos la oportunidad de realizar una planificación mucho más local y descentralizada, evitando las grandes infraestructuras, tanto en la generación de energía eléctrica como en el transporte».

Criticaron que, en lugar de aprovechar esta oportunidad, «el lobby eléctrico» de REE quiera seguir «asegurándose los beneficios económicos» con la «connivencia de partidos como PNV, UPN, PP y PSOE» e impulsar estos «120 kilómetros de línea de alta tensión» en un momento de «caída continuada de la demanda eléctrica». «Quieren seguir construyendo infraestructuras de transporte eléctrico -explicaron- para dar salida a la energía eléctrica que sus centrales generan, ya sea para la exportación como para construir nuevas centrales».