La resaca de la frustrante intervención del presidente del BCE, Mario Draghi, dio paso a una sesión sin motivaciones. Los inversores no apostaron por las compras pese a las buenas, pero pocas, noticias difundidas ayer. En Japón, el PIB creció en el primer trimestre un 1%, una décima más de lo esperado, mientras que en términos interanuales sube un 4,1%. Como respuesta directa, el Nikkei saltó un 4,94%, su mejor resultado diario en dos años. A la recuperación paulatina de Japón se unía, desde Estados Unidos, una leve pero significativa mejoría en su calificación crediticia por parte de S&P. La agencia alejó la posibilidad de una nueva degradación del largo plazo al pasar el sesgo de la nota AA+ de negativa a estable. Estas buenas percepciones de ambas economías no sirvieron para animar a las bolsas. El Ibex acabó en los 8.227,40 puntos, después de ceder un 0,47%. Por la tarde llegó a perder el nivel de los 8.200 puntos. En Europa, solo Fráncfort (+0,64%) se salía del guión bajista. París cayó un 0,21%, y Londres, un 0,18%. Dentro del Ibex, los grandes valores tiraban hacia abajo con fuerza. Así, BBVA, Telefónica y Santander restaron más de un 1%, mientras que Repsol (+0,29%) era el único ganador. Sin embargo, al frente de los perdedores del selectivo acabaron Abengoa (-1,98%) y Caixabank (-1,69%). Entre las subidas, destacaron las de Indra (+3,52%) y FCC (+2,30%). Por su parte, en París brillaron al alza Gemalto y Safran, con avances superiores al 2%. Las acciones de France Télécom (-1,66%) lideraron las caídas. La compañía pasará a denominarse Orange desde el 1 de julio.