El primer ministro de Vietnam, Nguyen Tan Dung, se sometió ayer, por primera vez en la historia, a un voto de confianza de la Asamblea Nacional, en un proceso destinado a demostrar un control mayor del Ejecutivo, pero cuyo resultado está cantado, según los observadores. Los diputados aprobaron a finales de noviembre someter a este voto anualmente a los más altos dirigentes vietnamitas, incluidos el presidente y el primer ministro, con el fin de mejorar la imagen del poder en un país que enfrenta una crisis económica desastrosa. Los resultados, sin margen para la sorpresa, se conocerán hoy.