La derecha y el PASOK mantendrán el Gobierno tras la ruptura del tripartito
El tripartito en Grecia se rompió ayer con la decisión del minoritario Izquierda Democrática de salir del Ejecutivo, lo que ha abierto la vía a un Gobierno de conservadores y socialdemócratas, que se han mostrado determinados a mantenerlo y seguir adelante con las reformas.
GARA |
La ejecutiva y el grupo parlamentario de la formación minoritaria Izquierda Democrática (Dimar) decidieron ayer abandonar el Gobierno tripartito griego, retirando a sus dos ministros y sus dos viceministros, y pasar a una oposición «constructiva», dejando claro que mantendrá su apoyo a todas las reformas que ha respaldado desde un principio al asegurar en un comunicado que «el país no necesita elecciones».
La decisión, tomada tras el fracaso la víspera de las negociaciones del tripartito en busca de un consenso para solucionar la crisis provocada por el cierre de la radiotelevisión pública ERT, abre el camino a un Gobierno bipartito de la derechista Nueva Democracia y los socialdemócratas del PASOK. Sus líderes, el primer ministro, Andonis Samaras, y Evangelos Venizelos, respectivamente, manifestaron su determinación de concluir la legislatura que acaba de cumplir un año y continuar el camino de las reformas impuestas por la troika -Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea- y anunciaron la inminente composición del nuevo Ejecutivo.
Cuando en la medianoche del jueves se anunció la ruptura de las negociaciones del tripartito parecía que el Gobierno había llegado a su final y se avecinaban nuevamente elecciones anticipadas, algo que parece haber quedado descartado aunque la nueva correlación de fuerzas será a partir de ahora algo más débil, pues sin los catorce votos de Dimar, Nueva Democracia y PASOK ya solo contarán con 153 votos, dos por encima de la mayoría absoluta.
El detonante de la crisis fue el cierre de la radiotelevisión pública ERT, decretado unilateralmente por Samaras, y se profundizó ante la negativa de este de acatar una orden judicial que exigía el restablecimiento de la señal y el funcionamiento de la cadena hasta la creación de un nuevo ente público.
Finalmente, Samaras cedió algo en sus posiciones al ofrecer un modelo transitorio de tres meses con contratos para unos 2.000 de los 2.700 trabajadores, compromiso que Dimar rechazó.
El PASOK criticó el comportamiento de Samaras, pero optó por permanecer en el Gobierno.
La decisión de cerrar sin previo aviso y sin negociación la ERT fue denunciada como un «golpe de Estado» por la oposición de izquierda Syriza, que apoya las manifestaciones ante la sede de la radiotelevisión y demanda abiertamente la renuncia de un Gobierno debilitado.
Los trabajadores recibieron ayer la orden del Ministerio de Finanzas de desalojar la sede ocupada desde hace diez días y proceder a cobrar un primer tramo de su indemnización.