El retorno de Ernesto Valverde al banquillo del Athletic ya es un hecho. Transcurridos ya unos días de la tormenta que desató la no continuidad de Marcelo Bielsa y la escasa capacidad comunicativa de la junta para explicar los motivos de la misma, toca pensar ya únicamente en clave de futuro.

De cara a la próxima temporada, el conjunto rojiblanco vuelve a recurrir a un elemento cíclico en el club como es la operación retorno. Una nueva vuelta a las raíces para seguir reinventándose. En este caso, además, lo hará acompañado de la extraordinaria novedad de estrenar un campo que no estará del todo completo hasta el verano de 2014. Muchas noticias para un curso que debe de estar marcado por la ilusión. El contexto del propio campeonato, que incluirá una desbandada generalizada e inesperada de muchos futbolistas, y las incorporaciones que plantea el Athletic tanto para el verde como para el banquillo deberían volver a situar a los leones en los primeros puestos.

Ernesto Valverde es un técnico de la casa, que partiendo de lo local ha sido capaz de triunfar en el panorama universal. Respetado y admirado, ofensivo y ligado a la cultura vasca. Amante de la fotografía, íntimo de Atxaga y hermano del ilustrador Mikel Valverde, el gasteiztarra vuelve a liderar un proyecto que dejó inacabado tras una fatídica tanda de penaltis en la semifinal de Copa de 2005 ante el Betis. Nada más irse ya se sabía que iba a regresar. Han pasado ocho años y en el camino ha dejado una final de UEFA perdida también a penaltis ante el Sevilla y una profunda huella en Valencia o Grecia. El mismo entrenador que el día de su primera presentación señaló que «nosotros tenemos una ventaja sobre el resto, somos el Athletic», vuelve para implementar de nuevo esa fortaleza.

Durante este tiempo la afición ha vivido finales y se ha ilusionado con la posibilidad de ser campeón. Y ese es el reto que afronta Valverde, devolver al Athletic a los puestos europeos y luchar por un título. Está perfectamente capacitado. Cercano a los futbolistas, contará con un vestuario renovado. La llegada de jugadores como Beñat o Etxeita dotará al equipo de nuevas variantes tanto en el campo como en la caseta, dos espacios necesitados de liderazgos.

Las cartas están sobre la mesa. El Athletic se reinventa para seguir su camino de siempre. Vuelta a las raíces para el equipo más joven del campeonato, repesca de futbolistas y savia nueva procedente del filial de Ziganda. Todo estará por confirmar pero nadie duda de lo que está por venir. Resta menos de un mes para volver a entrenar y el entorno rojiblanco se debe preparar para una temporada ilusionante; partiendo de cero y sin los problemas del año pasado, muy pocos equipos de la Liga cuentan con más recursos deportivos y sociales que los leones. Toca aprovecharlo, Valverde lo volverá a decir, «somos el Athletic».