Jon Ander Goņi | Responsable nacional del metal de LAB
A pesar de los pesares, el Metal de Gipuzkoa avanza
No podemos conformarnos con lo realizado, debemos agudizar el ingenio. Sin renunciar a la huelga, debemos explorar otro tipo de movilizaciones que aglutinen al sector, que nos permitan seguir mejorando nuestra posición frente a la patronal
Sin olvidarme en absoluto de los compañeras y compañeros metalúrgicos de Araba y Bizkaia, a quien felicito por el éxito de la huelga del pasado día 21, deseo hacer una mención especial a la semana de huelga vivida en Gipuzkoa.
Teníamos todo en contra, absolutamente todo y, a pesar de ello, hemos sido capaces de realizar en menos de un mes cinco días de huelga. Unicamente este dato pone de manifiesto que la huelga ha sido un rotundo éxito. Ser capaces en este escenario tan hostil de plantear y realizar esas huelgas, ya es un éxito. Es una victoria del sector del metal frente a la resignación, el miedo, la parálisis a la que nos quieren condenar unos gobiernos títeres de una patronal que lo quiere absolutamente todo. Nos quieren corderitos y sumisos para que sigamos siendo los paganos de sus políticas injustas. Asimismo, pone de manifiesto la capacidad de lucha de todo un sector, el metal de Gipuzkoa, y la adhesión y compromiso del mismo a un convenio digno, resultado de décadas de lucha. Cuando se habla de contrapoder, se está hablando del sector del metal.
Todo ello, a pesar de la crisis, la reforma laboral, la patronal y esta última semana un sindicato que se ha dedicado a reventar todas las asambleas, uniendo sus votos a los de la dirección, sin presentar en la casi práctica totalidad de las empresas de la CAPV ninguna propuesta movilizadora alternativa, a pesar de su despliegue mediático. En definitiva, mucho ruido y pocas nueces que diría aquel. Alguien debería ex- plicar a las y los trabajadores por qué han querido destruir la ilusión generada el pasado 24 de mayo, y ya de paso, para qué hicieron huelga el 24 de mayo.
Nunca me he sentido tan orgulloso de mi militancia en LAB como en estos días. Nunca han brillado tanto nuestros delegados y delegadas y, en definitiva, nuestra militancia, como los pasados días. Bihotzez, zorionak!!
En estos tiempos tan fáciles y recurrentes para la resignación, el sálvese quien pueda, el último que apague la luz, y el utilizar la lucha de todos y todas en beneficio propio, hemos defendido en todas las asambleas de fábrica el valor del colectivo, de la solidaridad, de lo que nos estamos jugando como sector y como pueblo a futuro. No es solo un con- venio lo que está en juego, es una forma de entender la negociación colectiva, las relaciones laborales, la defensa de la unidad de clase por encima de las particularidades, el modelo de país que queremos para nuestros hijos e hijas.
La huelga ha sido, por lo tanto, un éxito. Ha conseguido cumplir sus principales objetivos: evidenciar el rechazo de las y los trabajadores del sector a la actitud que mantiene la patronal respecto a la negociación de este convenio, sacar a la luz las divergencias que tiene la patronal dentro de sí, así como poner en primer plano el rechazo en Euskal Herria a la reforma laboral. Sin duda alguna, estas huelgas han supuesto un paso decisivo en esa dirección. Pero no podemos conformarnos con lo realizado, debemos agudizar el ingenio, innovar. Sin renunciar a la huelga, debemos explorar otro tipo de movilizaciones que aglutinen al sector, que nos permita seguir mejorando nuestra posición frente a la patronal. Resulta un desafío interesante para LAB el transformar la fuerza que nos ha dado esta semana de huelga y movilización en una estrategia que permita desbloquear con éxito la misma. LAB acepta con gusto este reto. Que se fastidien quienes creen que vamos a sucumbir. LAB está resuelta a defender el convenio y, para ello, tenemos el arma más poderosa: nuestra militancia, nuestro verdadero tesoro.
Para todas y todos vosotros, un beso revolucionario y, como dice la canción: «Si hay días que vuelvo cansado,/ sucio de tiempo,/ sin para amor,/ es que regreso del mundo,/ no del bosque, no del sol./ En esos días, compañera,/ ponte alma nueva/ para mi más bella flor».
¡Vamos a ganar!