Las principales asociaciones que trabajan con los más desfavorecidos irrumpieron ayer en el debate sobre la creación de la Fundación Caja Navarra «como depositaria de los sedimentos de lo que ayer fue» para exigir que vuelva a gestionarse la obra social con su espíritu fundacional y se abandone el experimento del «Tú eliges, tú decides», que desdibuja el fin real que tenían las cajas.

Cáritas, la Coordinadora de ONG, las Redes contra la Pobreza, el Comité de Representantes de personas con discapacidad (Cormin) y la Cruz Roja se unieron por vez primera para reivindicar con voz unida que la Fundación CAN atienda de una vez a las verdaderas necesidades de la sociedad, porque creen que «en los últimos años se han hecho demasiados experimentos de pseudoparticipación».

Estas asociaciones afirmaron que no se las ha tenido en cuenta a la hora de crear la nueva Fundación CAN y, aunque no quieren entrar, reclaman que el dinero se destine a los más desfavorecidos en función de las necesidades del momento y, en particular, ante las que genera esta crisis.

El denominado tercer sector recordó que Caja Navarra y la Caja Municipal se fundaron con la misión de «facilitar recursos y crédito a las personas más vulnerables a cambio de dejar un bien como garantía, en condiciones más favorables, evitando que fueran otros los que se aprovecharan de su situación precaria». Así, durante generaciones los ahorros de estas personas crearon este instrumento financiero y, por lógica, estos beneficios «debían destinarse a obras o actuaciones benéfico-sociales».

Hace tiempo que la obra social poco tiene que ver con eso y la CAN la ha desdibujado para financiar, por ejemplo, a la Fundación Osasuna o investigaciones científicas del Opus Dei. En 2013, la Fundación CAN gestiona algo más de cinco millones de euros de rendimientos de acciones de Caixabank.

Las instituciones que comparecieron ayer creen que, aunque los estatutos de CAN ya han sido redactados, aún queda tiempo para que se dé un giro de 180º a estas políticas y se vuelva a la esencia fundacional. Para ello, exigen que la CAN vuelva a servir «como elemento corrector de desigualdades que refuerce o dé continuidad a las líneas de intervención y acompañamiento social básicas».