Madrid se enroca y no prevé liberar presos enfermos ni acercamientos
El Gobierno español no prevé dar pasos en política carcelaria. Así lo afirmó ayer el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, quien defendió la política de dispersión, cuyo mantenimiento volvió a condicionar a la «disolución de ETA», y aseguró que no tiene previsto liberar a los 15 presos vascos aquejados de graves enfermedades. Además, negó la responsabilidad de la administración en los accidentes causados por el alejamiento.
Alberto PRADILLA | MADRID
El Gobierno español no prevé mover ficha en materia carcelaria. Así lo expresó ayer el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, durante su comparecencia en la comisión de Interior del Congreso de los Diputados, donde realizó una defensa de la política de dispersión y expresó su voluntad de mantener en la cárcel a los 15 presos que padecen graves enfermedades. «La dispersión no vulnera derechos», afirmó, añadiendo que «ningún preso tiene derecho a cumplir en el centro que él elija».
El responsable de la política carcelaria compareció a petición de diversos grupos, entre ellos Amaiur, quien se interesó por la situación de los 15 presos políticos vascos aquejados de graves enfermedades. Ante la interpelación, Yuste dejó claro que no entra en sus planes su liberación. «Todos los presos de la citada relación (algunos, por cierto, no son vascos) reciben una asistencia sanitaria adecuada, sin que de los informes médicos se desprendan circunstancias que no puedan ser tratadas en el medio penitenciario o en los centros de referencia», afirmó.
«Provoca muertes»
«La dispersión no solo vulnera derechos sino que provoca muertes», rebatió Urbina, quien recordó que 16 familiares de presos vascos han perdido la vida en el trayecto hacia la visita. Yuste, sin embargo, defendió su utilidad, condicionándola, como viene siendo habitual, a la «disolución» de ETA. Además, el responsable de prisiones negó la «responsabilidad que atribuye a la administración por accidentes en las visitas a personas que tienen sus familiares presos, como si fueran consecuencia ineludible de la maldad cainita». «Yo no entiendo que cualquier accidente sea responsabilidad de la propia voluntad de ponerse en viaje», añadió.
En este punto, Yuste también cargó contra el PNV, cuyo diputado, Emilio Olabarria, había cuestionado el alejamiento de presos. «Hay que recordar que estuvo de acuerdo en el diseño de la dispersión», señaló. Una afirmación que fue rebatida por el diputado jelkide, que negó que su formación hubiese «avalado» en ningún momento el alejamiento de los prisioneros vascos. Una afirmación que contradice lo afirmado, por ejemplo, por el exlehendakari José Antonio Ardanza, quien en una entrevista concedida a «Berria» llegó a reconocer que su formación gestionó la propuesta ante el Gobierno español, en aquellos momentos del PSOE.
Ante la cerrazón de Yuste, y también de la portavoz del PP, Urbina insistió exigir el fin de «las políticas de excepción» y abogó por medidas que avancen en un escenario de paz.
Tanto Herrira como Etxerat denunciaron las afirmaciones del secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, calificándolas de «falta de respeto» y «muy graves». En su comparecencia en el Congreso español, Yuste especuló con que «ETA intenta controlar a sus presos incluso con más intensidad de lo que hacía antes», en referencia al cese definitivo decretado en noviembre de 2010. Una elucubración que, según defendió, sirve para que Madrid siga adelante con su política carcalaria, manteniendo la dispersión y rechazando liberar a los presos aquejados de graves enfermedades.
A juicio de Herrira, las declaraciones de Yuste «suponen una falta de respeto absoluta» y «desprecian tanto los derechos humanos como los deseos de paz» de la sociedad vasca. «Cabe recordar que tanto la dispersión como la desasistencia sanitaria en prisión han provocado la muerte de un buen número de ciudadanos vascos», indicó, a través de un comunicado en el que recordó que el alejamiento de los presos solo «ahonda en la estrategia del sufrimiento». Por este motivo, Herrira defendió un cambio «urgente» en la política penitenciaria como «paso imprescindible para garantizar el respeto a todos los derechos humanos y estación inevitable en el camino hacia la resolución y la paz».
En la misma línea, Etxerat también tildó como «muy graves» las palabras de Yuste y censuró la política de dispersión, que calificó como una «vulneración de derechos» y un «plus de sufrimiento» que se inflige a los familiares. «Las personas que la justifican asumen y apoyan esta terrible condena», remarcó. GARA