El secretario general de la CEOE, José María Lacasa, defendió ayer que se desvinculen las pensiones del IPC y pidió que el debate sobre la reforma del sistema sea «breve» ante la situación actual. Durante su comparecencia en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, Lacasa también se mostró partidario de que se adelante la puesta en marcha del factor de sostenibilidad y que se tenga en cuenta la cotización de toda la vida laboral para el cálculo de las pensiones.

La patronal española también es partidaria de que las mutuas tengan más responsabilidad en los procesos de incapacidad temporal de los trabajadores así como de impulsar la previsión complementaria individual con carácter voluntario, con medidas fiscales que tengan «vocación de permanencia».

Lacasa reivindicó, asimismo, la bajada de cotizaciones sociales para los empresarios y subrayó que la prestación complementaria en el ámbito empresarial debe convertirse en «atractivo» para las empresas.

Tras la comparecencia de la CEOE, el portavoz de Amaiur Sabino Cuadra le respondió que las pensiones se reducirán entre un 40 y un 50% en el futuro y preguntó a Lacasa qué le parecería jubilarse con 600 euros al mes y en qué nivel debería situarse la pensión mínima.

Cuadra recordó que el del Estado español es uno de los peores sistemas de pensiones de la Unión Europea y destacó que la media de la cuantía que reciben los pensionistas se encuentra entre 600 y 800 euros, que en el caso de las mujeres suele ser alrededor de un 40% inferior.

Experto crítico

El catedrático de Economía aplicada Santos Ruesga, único miembro del grupo de expertos designado por el Gobierno del PP que votó en contra del dictamen sobre la reforma de las pensiones, también participó en la comisión y justificó su decisión porque con el nuevo factor de revalorización que plantea el informe se reducirá la cuantía.

Según su visión, el mandato del Ejecutivo español se circunscribía a analizar el factor de sostenibilidad vinculado a la esperanza de vida, pero destacó que finalmente se incluyó «una novedad», un segundo factor que se aplicaría a la revalorización de las pensiones en sustitución de su revalorización según el IPC.

A su juicio, plantear ahora este factor de revalorización anual «es innecesario e inoportuno» porque, según manifestó, no es un factor neutro, independientemente de que se ponga un «suelo» a las pensiones actuales.