El Supremo de EEUU invalida parte de la ley que protegía el voto de las minorías
GARA | WASHINGTON
El Tribunal Supremo de Estados Unidos determinó ayer que una parte de la Ley de Derechos Electorales, que pretende evitar la discriminación racial en estados con pasado segregacionista, es inconstitucional.
El máximo tribunal decidió por cinco votos a cuatro que la Sección 4 de la ley de 1965 era anticonstitucional y llamó al Congreso a actualizar el método que define qué estados deben contar con la autorización previa del gobierno federal para realizar cambios en sus propias normas electorales.
La sección estipulaba que nueve estados -Alabama, Alaska, Arizona, Georgia, Luisiana, Misisipi, Carolina del Sur, Texas y Virginia- y gobiernos locales de otros cuatro estados -California, Florida, Michigan y Nueva York-, con prácticas racistas en el pasado, debían pedir autorización al Departamento de Justicia para realizar cualquier cambio en sus normas electorales.
«Nuestra decisión de ninguna manera afecta la prohibición permanente y a nivel nacional de discriminar en elecciones», alegó el titular del alto tribunal, John Roberts, al dar la opinión de la mayoría. «La Sección 4 de la Ley de Derechos Electorales es inconstitucional. Su fórmula ya no se puede emplear como base para establecer qué jurisdicciones deben contar con autorización previa», escribió Roberts. La Ley de Derechos Electorales -que fe renovada por el Congreso en 2006- es rechazada por varios estados, que la consideran anacrónica, aunque un buen número de organizaciones defensoras de los derechos civiles estiman que sigue siendo necesaria.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró ayer «profundamente decepcionado» con la decisión del Tribunal Supremo.
«Esta decisión altera décadas de prácticas bien asentadas que ayudan a garantizar unas elecciones justas, especialmente en lugares en los que históricamente predominó la discriminación a la hora de votar», resaltó.
«A pesar de que el fallo representa una derrota, no supone el cese de nuestros esfuerzos para poner fin a la discriminación en el proceso electoral. Pido al Congreso que apruebe una ley para garantizar el acceso igualitario a las urnas de todos los estadounidenses», agregó.